((**Es15.91**)
La Condesa, al cerrar sus apuntes, anotaba:
<((**It15.93**)) ojos se
llenaban de lágrimas cuando repetía las acciones
de gracias que Luis daba a Dios en el cielo>>.
No omitiremos un episodio, que la señora Colle
repitió varias veces a las Hijas de María
Auxiliadora de La Navarre, ocurrido poco después
de la muerte de su hijo. Don Bosco le había dicho
que podía encomendarse a su hijo, al verse en
alguna necesidad. Pues bien, un día se presentó a
la puerta de su casa un individuo que le pedía
dinero con exigencias. Ella, sin dar importancia a
los modales, le entregó la limosna que
acostumbraba dar a todos los pobres. Pero el otro
tomó un aire y un tono amenazadores, que infundían
miedo. Entonces, recordando las palabras de don
Bosco, pidió a su hijo que le ayudase. Y, apenas
lo invocó en su corazón, aquel sujeto, como
invadido de repentino miedo, dio media vuelta,
bajó la escalera a saltos y huyó precipitadamente.
Pero, volviendo a las apariciones, nos
preguntamos: >>acaso don Bosco recibía y
comunicaba a los esposos Colle todas estas
comunicaciones celestiales únicamente para
consolarlos? >>Cómo no pensar, por el contrario,
que la Providencia quería, sobre todo con tal
medio, animar a aquellos señores cristianos y
adinerados a que socorriesen al hombre de Dios,
suscitado para llevar a cabo en la Iglesia tantas
obras de bien como las necesidades de los tiempos
requerían? Así debía pensarlo don Bosco. En
efecto, había dicho a los desolados esposos,
después de la pérdida del hijo, con la osadía
propia de los santos:
-Dios les quita a su único hijo para que
adopten como hijos a todos mis huérfanos.
Y así lo entendieron los dos fervorosos
cristianos. El padre declaró explícitamente a don
Bosco que ponía a su disposición su propia bolsa
1.
Y no fueron palabras vanas, ni sentimientos
buenos de escasa duración. De aquella bolsa
salieron, durante más de seis años, cantidades
importantes para la casa nueva de La Navarre, la
iglesia y el colegio del Sagrado ((**It15.94**)) Corazón
en Roma, la casa aneja a la iglesia de San Juan
Evangelista en Turín, la casa de los Hijos de
María en Mathi, las Misiones y las eventuales
necesidades del Oratorio y de San Benigno. Aún a
costa de cansar a los lectores, nos proponemos
sacar a
1 Carta a la señora Colle, Turín, 3 de julio de
1881.(**Es15.91**))
<Anterior: 15. 90><Siguiente: 15. 92>