((**Es15.85**)
-En Dios se ven todas las cosas; el pasado, el
presente, el futuro, como en un espejo.
->>Qué haces en el cielo?
((**It15.86**)) -En el
cielo repito siempre: íGloria a Dios! íSean dadas
gracias a Dios! Gracias a Aquel que nos ha creado;
a Aquel que es dueño de la vida y de la muerte.
íGracias! íAlabanzas! íAleluya! íAleluya!
>>Y tus padres? >>Qué me dices para ellos?
-Que pido por ellos continuamente y así les
correspondo. Los espero aquí en el Paraíso.
En una nueva aparición, don Bosco le preguntó
nuevamente sobre el asunto de la sombra.
-Me has dicho que yo veo solamente tu sombra,
porque tu alma está en Dios. >>Cómo puede tener
una sombra apariencia de cuerpo vivo?
-Pronto lo verás; presto lo podrás comprobar,
respondió.
Don Bosco estuvo esperando esta prueba. Algún
tiempo después, como él contó, se le apareció una
noche el difunto párroco de Castelnuovo, paseando
bajo los pórticos del Oratorio. Parecía muy
saludable y contento.
-íOh, señor párroco!, exclamó don Bosco.
>>Usted aquí? >>Cómo está?
-Soy feliz, felicísimo. Pasee conmigo.
->>No desea nada?
-En el cielo tiene uno todo cuanto desea. Pero
pasee: vamos a hablar.
->>Me reconoce bien?
-íOh, maravillosamente!
-Míreme atentamente. >>No ve que estoy en plena
juventud y lleno de la más perfecta alegría?
-Sí, señor párroco, es usted, no lo puedo poner
en duda.
Después de haber paseado un rato, como solían
hacer en otro tiempo, el aparecido le dijo:
->>Qué, ha aprendido la lección?
Y al decir esto desapareció.
Entonces don Bosco comprendió que Luis se las
había entendido con aquel sacerdote. Y, después de
contar esto, dijo a los señores Colle:
-Semejantes favores son tan extraordinarios,
que aterran por la responsabilidad que recae sobre
quien tiene la obligación de corresponder a tantas
gracias.
Durante el viaje del Beato por Francia, en
1883, las apariciones se multiplicaron.(**Es15.85**))
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