((**Es15.725**)
Considere siempre (sic) a este pobrecillo, que
se encomienda a la caridad de sus oraciones y que
le será siempre en J. C.
Roma, 7-77, Via Sistina, 104. Humilde
servidor y travieso hijo,
JUAN BOSCO, Pbro.
U
Mi buena Mamá:
Su carta me trajo un gran placer con una
pequeña dosis de confusión: gran placer, porque
venía de usted, a quien tanto aprecio en el Señor;
y confusión, porque me reprocha justamente no
haberle correspondido, felicitándola las fiestas
de Pascua. Ajustemos las cosas: yo le pido perdón
y usted se lo concede a este diablejo que promete
cumplir mejor su deber en otras ocasiones.
Entretanto, no dude que usted figura entre
aquéllos por los que se hacen cada día oraciones
especiales, mañana y tarde, en todas las casas
salesianas. Además, en la santa misa yo no dejo
nunca de hacer un memento especial por usted y por
todos los de su familia, mayores y pequeños.
He estado cuarenta días fuera de casa. Fui a
Marsella, donde nos ofrecen muchas casas para
administrar. Sólo en Francia, nos ofrecen treinta
con todos los medios necesarios. >>Pero de dónde
sacar personal? Rece, señora Moma y Mamá, para que
Dios nos envíe muchos y muy santos operarios,
porque la mies del campo evangélico es
abundantísima.
Don Joaquín Berto, don Miguel Rúa y otros de
esta casa Salesiana la saludan y felicitan. Tenga
usted la bondad de saludar respetuosamente de mi
parte ((**It15.853**)) a sus
señores yernos, hijas y nietos; y cuénteme entre
los que, con la máxima veneración, serán siempre
en J. C.,
Turín, 18-4-77.
Seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
V
Mi querida y buena Mamá:
No quiero que pase esta hermosa novena de María
Inmaculada, sin renovarle la seguridad de que este
su hijo, aunque muy malo, se acuerda, sin embargo,
de su caritativa y buena Mamá. Cada día rezo por
usted en la santa misa; pero, el próximo viernes,
he decidido celebrar la santa misa y nuestros
jóvenes harán su comunión, según sus piadosas
intenciones, por su bienestar, para que lluevan
abundantes las bendiciones del cielo sobre usted y
sobre toda su familia, mayores y pequeños.
Tanto a la ida como al regreso de Roma, espero
poder volver a saludarla en Florencia, pero no se
olvide usted de rezar por este diablejo, que está
diciendo continuamente que se va a consagrar de
veras al Señor, pero siempre es el mismo.
La gracia de N. S. J. C. sea siempre con
nosotros y, con la más sincera gratitud y
delicadeza, tengo el honor y el placer de poderme
profesar
De V. S. Benemérita,
Turín, 5-12-77.
Seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
(**Es15.725**))
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