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Dificultades a superar
Ante la primera dificultad del corto número de
misioneros, hemos fundado en Europa, con
aprobación de la S. Sede, colegios y seminarios
para preparar operarios evangélicos.
En el Uruguay y en la República Argentina,
tenemos ya dos colegios o seminarios.
La segunda dificultad es la falta de dinero, y,
en cambio, es preciso construir casas y escuelas
para niñas y niños.
Ya se han fundado orfanatos para los hijos de
los indios, pero harían falta muchos más.
No hablemos de ornamentos y vasos sagrados; de
mobiliario para escuelas y habitaciones; de ropas
para los más pobres.
Otro obstáculo grave procede de los
protestantes. Apenas vieron desaparecido el
peligro, fueron a plantar sus tiendas en las
nuevas colonias y se dedicaron a la enseñanza, la
medicina, la cirugía y la farmacia; prodigan los
donativos de dinero y ocasionan un gran apuro a
los misioneros católicos.
Pero los misioneros podrán vencer estas
dificultades, y otras que se presenten, porque la
protección del cielo no les faltará.
Lo que ahora más necesitamos es la ayuda de la
Obra Pía de la Propagación de la Fe, que tantos
méritos ha conquistado ya en la Iglesia.
El venerable fundador de la Congregación de
Misioneros Salesianos, don Juan Bosco, nació en
Castelnuovo d'Asti, Piamonte, el 15 de agosto de
1815. En 1841, recogía al primero de los miles de
jovencitos abandonados, a los que su caridad
sacerdotal ha dado generosamente el pan del alma y
del cuerpo y que les han ofrecido los mil
religiosos y misioneros de su Congregación de S.
Francisco de Sales. Actualmente, el santo
sacerdote tiene más de setenta y dos casas,
dirigidas por sus religiosos.
(Le Missioni Cattoliche,
3 de noviembre de 1882)
76 (el original en francés)
Carta de don Bosco a la señorita
Lacombe
Señorita:
Mi viaje a Valence será hacia primeros del
próximo mes, pero ya le avisaré el día preciso de
mi llegada.
No podré hospedarme en su casa en dicha
ocasión, porque estoy ya comprometido con la
familia de Barruel, cuyo hijo abogado está con
nosotros como religioso Salesiano, que es.
((**It15.803**)) El
mismo me acompañará durante toda mi peregrinación.
No dejaré de rezar y hacer rezar por usted y por
todas sus intenciones.
Estoy impaciente por ver y dar gracias
personalmente al abate A. Didelot, arcipreste de
la catedral. Dígale anticipadamente que me
encomiendo a él, y que haré todo lo que juzgue
conveniente para la gloria de Dios y bien de las
almas.
Pero lo primero será ir a visitar a Su
Excelencia el Obispo de Valence, a quien le ruego
tenga a bien presentar mis humildes y respetuosos
saludos.
(**Es15.683**))
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