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Sí, acabó don Bosco, eleemosyna a morte
liberat, purgat peccata, et facit invenire
misericordiam et vitam aeternam. Procurad, pues,
hacerla ahora y en adelante; y, para no hacerla
imposible, procurad no despreciar el dinero con
gastos inútiles. Sabed ahorrar en la persona, en
los vestidos, en la mesa, en los muebles, en los
viajes, en todo; y si, después, para ayudar a las
obras de religión y de caridad, tuvieseis que
hacer graves sacrificios, os conforte el
pensamiento de que más allá de la tumba, vuestras
riquezas no valdrán para nada, y, en cambio,
empleándolas ahora para ayudar a la salvación de
las almas de los demás, aseguráis la salvación de
vuestra alma.
70 (el original en francés)
Discurso de don Bosco a los
peregrinos franceses
Respetables Peregrinos, respetables Peregrinas:
Os agradezco el honor que me hacéis, con esta
visita tan preciosa y tan cristiana. Sois unos
viajeros religiosos que, habéis dejado las
comodidades de la vida, vuestras familias,
vuestros trabajos y vuestra patria para emprender
una gran misión en estos difíciles tiempos. Venís
a nuestra patria, cuando allí se están suprimiendo
las asociaciones religiosas, se cierran los
conventos y los religiosos se ven recluidos en sus
casas por imperativos legales. Pero entonces la
divina Providencia suscita unos apóstoles seglares
que recorren las ((**It15.794**))
ciudades, afrontan los peligros y van a visitar,
no a un amigo, ni a un obispo, sino que van a
Roma, al obispo de los obispos, a León XIII,
sucesor de San Pedro, Vicario de Nuestro Señor
Jesucristo en la tierra. Ya no se os debe llamar
peregrinos, sino verdaderos religiosos, verdaderos
apóstoles, que demuestran que Francia es siempre
católica. Es un apostolado admirable. Y por
doquiera pasáis, se dice: -Son franceses que
vienen de Roma; son unos católicos que regresan de
saludar al Soberano Pontífice. Esto es un gran
ejemplo para los católicos de Italia.
Y, de paso, saludáis también las obras
religiosas, y no hay mayor satisfacción para don
Bosco que esta visita. Ya hubo este año otra
satisfacción y ésta es la segunda. La casa donde
os encontráis es de la divina Providencia y
Nuestra Señora Auxiliadora es su luz y su apoyo.
Sé que deseáis os diga unas palabras sobre esta
pobre casa. Ya véis dónde nos encontramos
actualmente. Hace cuarenta años, este lugar era un
prado, un campo, donde los días festivos la gente
bebía, se divertía, bailaba y hacía ...otras
cosas. La divina Providencia quiso que se iniciase
aquí la obra del Patronato dominical y el Oratorio
de San Francisco de Sales. Esta obra se estrenó
con un muchacho. Cuando se iba por calles y
plazas, se veían muchachos que jugaban, se
pegaban, vagabundeaban. También había algunos que,
muy a pesar suyo, vivían en las cárceles. Otros
vivían a costa de los demás, siendo objeto de la
vergüenza de la patria, de la familia y de sí
mismos. >>No iba a haber un medio para ganarse a
aquellos muchachos, instruírlos y hacerlos capaces
de ganarse la vida? Se comenzó por arreglar el
prado, después se cercó con una tapia, para reunir
en él a los más abandonados. Al principio sólo los
domingos. >>Pero, cómo conquistar a aquellos
muchachos? Se encontró el medio. Los juegos. Se
les convocaba con un violín, una guitarra y un
tambor. Se hacía ruido, y los que estaban tras las
tapias preguntaban:
->>Qué hacen ahí?
Y se respondía:
(**Es15.676**))
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