((**Es15.644**)
6.° El nuevo centro llevará el nombre de
Gargallo-Castellentini, y se pondrá bajo la
protección de S. Marciano, primer obispo de
Siracusa y de Santa Lucía.
7.° El reverendo don Juan Bosco se obliga por
sí y sus sucesores a restituir a la Señora
Marquesa o a sus herederos, tantos vigésimos de la
entrega cuantos años transcurran hasta la
veintena, siempre que, no por fuerza mayor, sino
voluntariamente él o sus sucesores, tomaren la
resolución de abandonar la dirección del
Instituto.
8.° En el caso de que la Sociedad Salesiana se
retirase del Instituto, el reverendo don Bosco o
sus sucesores cederán a la señora Marquesa o a sus
herederos el derecho de reembolso de la parte que
le corresponde.
9.° La señora Marquesa Gargallo, juntamente con
el reverendo don Juan Bosco, ponen el nuevo
hospicio bajo la paterna asistencia de S. E. Rvma.
el Arzobispo pro tempore de Siracusa, de quien se
recibirán con todo reconocimiento aquellos
consejos que, en su prudencia, juzgue oportunos
para la buena marcha de la obra.
44
Carta del duque de Parma a don
Bosco
Muy reverendo y querido don Bosco:
He recibido su carta del 29 de julio en la que
me habla de la fundación, para 1883, de un centro
para muchachos en el antiguo convento de San
Benedicto en Parma.Imagino se acordará de que, en
la primavera pasada, ya habíamos hablado de esto
en Niza.
Estoy dispuesto a ayudar a esa buena obra con
todos los medios que pueda, ya que para mí es un
deber. He aquí por qué. La Duquesa, mi esposa, se
encontraba seriamente indispuesta cuando tuvimos
la fortuna de encontrarnos en Niza e hice entonces
la promesa a la Santísima Virgen de ofrecer diez
mil liras para una fundación, de la que ahora me
habla usted, si la Duquesa recuperaba la salud, si
el parto, que esperábamos para fines de octubre,
resultaba bien, y si la criatura esperada gozaba
de buena salud. Malo sería, por mi parte, que
dudara de que lo pedido a la Santísima Virgen no
fuera atendido, tanto más que hasta el presente la
salud de la Duquesa ha mejorado; estoy seguro de
que el parto de la madre y la salud del niño serán
óptimas. Por tanto, cuando usted lo crea oportuno
y adonde usted disponga, le haré llegar las diez
mil liras prometidas para el ((**It15.755**)) futuro
hospicio en Parma. Indíqueme dónde y cuándo quiere
recibir esta cantidad y yo daré las órdenes
oportunas.
Espero que la muerte del santo y querido Mons.
Villa no causará ningún retraso en la marcha de su
útil obra, para mi Parma.
Me encomiendo, muy querido don Bosco, a sus
oraciones por mí, por mi esposa y mis numerosos
hijos. Guardo en mi libro de oraciones la estampa
de la Virgen que usted me mandó como un recuerdo
precioso a un asociado a sus obras salesianas,
como usted quiso inscribirme en Niza, y créame
siempre con sumo respeto
Biarritz, 7 de agosto de 1882.
Su
afectísimo,
ROBERTO
(**Es15.644**))
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