((**Es15.639**)papeleta
s, cada vez que se administra la Sagrada Comunión.
En consecuencia, para recordar a los doscientos
sesenta y ocho párrocos de su archidiócesis esta
ley local, que ellos ya conocían, mandó publicar
en el número cincuenta y cuatro de la Unit…
Cattolica, que llega a las manos de varios
millares de párrocos y de fieles de otras
diócesis, un Aviso, que parece hecho a propósito
para provocar la sospecha de que el folleto
Jesucristo, nuestro Dios y nuestro Rey no había
obtenido la aprobación eclesiástica y que, por
tanto, contenía algo contra la fe y las
costumbres. Esta sospecha no sólo impidió la
ulterior difusión, sino que quitó la buena
impresión que tenían millares de personas que lo
han leído y hace desmayarse de gozo a los impíos
escritores del satánico periódico contra el que se
dirigía el folleto.
Para que esta mala impresión se propagase más,
Monseñor no se conformó con publicar el aviso en
la Unit… Cattolica, sino que también lo hizo
aparecer en el Corriere di Torino, el cual no
había escrito una sola palabra sobre dicho
folleto, como contraseña de la Comunión Pascual.
El Arzobispo propiamente dio a entender que no
aprobaba el librito en general, por haberlo
publicado y difundido los Salesianos. De no ser
así, después de recordar a los párrocos que no lo
diesen como papeleta pascual o en el momento de la
comunión, al menos les habría recomendado que los
repartieran en otra ocasión, como han hecho muchos
periódicos de Italia y algunos Obispos, entre
ellos el de Alessandria; pero no, el señor
Arzobispo de Turín se limita a destruir y no se
cuida de edificar. Y aquí tiene, Eminencia, una
bonita prueba del apoyo que este Prelado nos
presta para hacer el bien a las almas.
Y ahora yo pregunto si es éste el modo de
ayudar a la buena prensa y difundirla en medio del
pueblo, inundado y ahogado con el montón de
librejos y hojas malas e impías; pregunto si es
éste el medio para excitar el celo de los
sacerdotes, de los religiosos, de los seglares,
para oponerse al espíritu del mal, como recomienda
a menudo el Santo e invicto Pontífice que nos
gobierna; pregunto si es ésta la forma de premiar
a escritores y tipógrafos que, a su costa, han
esparcido gratuitamente cien mil ejemplares de un
opusculito con el único fin de reavivar la fe en
la divinidad de N. S. Jesucristo, en esta misma
Turín, impúnemente asaltada por la mano audaz de
los llamados anticlericales: pregunto aún, si es
ésta la paz sincera y duradera, que el canónigo
Colomiatti prometía y firmaba el dieciocho de
junio del año pasado, en nombre del señor
Arzobispo.
En Génova y en Venecia bastó la voz del
Arzobispo y del Patriarca para acabar con dos
periódicos desalmados que contaminaban esas
ciudades. Turín, en cambio, ve insultada su fe,
desmoralizado su pueblo sencillo, pervertida la
juventud por un periódico asqueroso que se atreve
a titularse con el adorable nombre de Jesucristo;
y, cuando ((**It15.749**)) don
Bosco, con un gesto de generosidad, aplaudido por
todos, intenta, al menos por su parte, poner algún
dique, he aquí en seguida un aviso del Arzobispo
para hacer cambiar el mundo y ponerlo en guardia.
íAy, Eminencia, qué doloroso resulta ver a los
lobos en medio del rebaño y al Pastor que golpea a
los perros porque ladran! íAh! dígnese V. E. rogar
al buen Dios por mí para no decaer viendo y
experimentando tanta contradicción.
Ruego, en tanto, al Señor, le pague
abundamentamente con celestiales carismas, e
inclinándome para besar la sagrada púrpura,
celebro profesarme con la más alta consideración,
De V. E. Rvma.
Turín, 7 de marzo de 1873. Atto.s.s.e.
hijo obedientísimo,
JUAN BONETTI, pbro. de los Salesianos
(**Es15.639**))
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