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Postrado en espíritu para besar el Sagrado Pie,
imploro la bendición apostólica y me confieso con
profunda veneración
De Vuestra Santidad,
Turín, 12 de noviembre de 1881.
Muy
humilde y obediente hijo,
LUIS FIORE, Pbro.
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Carta de don Juan Bonetti al
Cardenal Nina
Eminencia Reverendísima:
Casi en vísperas de la resolución de mi causa
con el reverendísimo Arzobispo de Turín, permita,
Eminencia Reverendísima, que presente humildemente
algunas consideraciones al alto juicio de la
Sagrada Congregación, que tan dignamente preside.
Las presento solamente en razón de que no pueda
decirme después a mí mismo que no hice todo lo que
creía ser de mi obligación respecto a esta
dolorosa cuestión. Vuestra Eminencia y los
sapientísimos Padres harán de ello el caso que
crean ante el Señor, ya que a ellos me someto
totalmente y me coloco en sus brazos.
I. Desde el principio, el Arzobispo no
solamente me limitó la jurisdicción para Chieri,
sino que me la quitó para toda la diócesis. De
ahí, mi muerte civil, religiosa y eclesiástica,
porque esa suspensión total me ha hecho pasar por
culpable de graves delitos ante el pueblo, ante
mis hermanos, ante el clero.
II. La restricción parcial, inmediatamente
seguida a la total suspensión, me parece que
equivale en este caso a la misma suspensión; está
estrechamente ligada con ella y, a la par,
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ella produce el pésimo efecto de mi deshonor no
merecido por ninguna culpa canónica.
III. Si yo no necesito por ahora de la
jurisdicción ni aún para Chieri con el fin de
vivir la vida material, la necesito en cambio para
vivir la vida civil, esto es, para volver al honor
sacerdotal que se me ha quitado con la suspensión
total no justificada.
IV. Si no se me restituye totalmente la
jurisdicción, >>entonces de qué manera podrá ser
reparada mi fama? >>Acaso es justo que, sin culpa
alguna, deba yo continuar siendo considerado por
los fieles como un sacerdote religioso indigno,
con gran escándalo de las almas? >>Es acaso justo
que la Congregación Salesiana, que atiende con
todas sus fuerzas a hacer el mayor bien posible en
el mundo, se vea ella también deshonrada, y reciba
una recompensa semejante? >>Qué pensarán los
padres y madres de familia de la ciudad de Chieri,
cuando sepan que el sacerdote salesiano, enviado
para instruir a sus hijas mereció ser castigado de
tal modo? >>No sería éste un golpe fatal para una
Obra que ya hizo tanto bien con el único fin de
alcanzar la gloria de Dios?
V. También la Congregación Salesiana, de la que
formo parte y en nombre de la cual yo actuaba,
necesita me sea devuelto el honor, porque, de otro
modo, encontraría ella también en su miembro una
mancha inmerecida, y se desacreditaría mucho con
ello, especialmente en estos tristísimos tiempos,
en los que necesita toda suerte de apoyo para
hacer el bien en medio del pueblo.
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