((**Es15.611**)
carta ha causado mala impresión en Roma, donde se
dice que usted faltó con esto al espíritu de
caridad y de conciliación y que solamente se deja
guiar por la honrilla, so pretexto de mantener la
cuestión Bonetti; y, si todo esto llegara a
saberse en Turín, no haría usted muy bonita
figura, porque quedaría al descubierto de todo. Y,
por eso, todos dicen que sería mejor llegar a un
arreglo con el Arzobispo, porque se enreda la
madeja y se enturbian las aguas también para
usted.
Crea, reverendo don Bosco, que en ciertas lides
vale más un mezquino arreglo que un triunfo, que
no puede ser ventajoso ni siquiera para el
vencedor por las huellas de los escándalos que
deja tras de sí; y, además, está de por medio el
espíritu de caridad que debe dominar a los hombres
que se encuentran en las alturas, rodeados por el
prestigio de los buenos, los cuales siempre se
sentirán dolidos de los escándalos, sobre todo,
queridos y promovidos por quien lleva como bandera
la caridad y el buen ejemplo.
((**It15.714**)) En
fin, toda su cuestión versa sobre el asunto
Bonetti: pues bien, destine a don Juan Bonetti a
otra casa fuera de la diócesis, o bien deje que
ejerza su ministerio en la diócesis de Turín y
abandone la honrilla de Chieri. Usted es el
Superior y puede mandar en virtud de santa
obediencia a don Juan Bonetti que haga un pequeño
sacrificio, de ningún modo injurioso para la
Congregación, y que así se llegue a una
reconciliación, como la desean los buenos y que no
dejará de honrar a usted y de servir a la mayor
gloria de Dios, por amor al bien, para evitar
grandes escándalos y para edificación de todos los
buenos que aman a la religión y el triunfo de
todas las virtudes cristianas.
Con todo el aprecio le saludo profesándome
De V.S.M.R.
Su seguro servidor,
CARLOS DE VANZO ???
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Carta de don Juan Bonetti al
abogado Leonori
Muy apreciado y reverendo señor Abogado:
La causa por mí promovida contra el Arzobispo
de Turín por la ilegal suspensión que se me
infligió hace casi tres años no fue tratada hasta
ahora, y, por cuanto me comunica don Francisco
Dalmazzo, no se tratará durante el corriente mes.
Sin embargo V. S., me daba por cierto, hace unos
meses, que, en septiembre, estaría juzgada por la
Sagrada Congregación del Concilio, de la que
depende desde 1879. Hemos quedado, por tanto,
desilusionados en nuestra espera.
Permita que le diga, mi bonísimo señor Abogado,
que no sólo yo, sino que el mismo don Bosco, mi
venerado Superior, y todos los que están
informados del asunto se extrañan de tanta
tardanza. No haber podido en tres años estudiar y
tratar una cuestión, que, a juicio de los
entendidos, tomada en su verdadero aspecto, es una
de las más fáciles, resulta un hecho tal que da
derecho a las más extrañas conjeturas. En verdad,
no pudiendo hallar razón suficiente para tal
tardanza, son varias las opiniones que se van
emitiendo. Unos atribuyen esta tardanza a la misma
Sagrada Congregación, lo cual no es verdad; otros
la atribuyen a las ocupaciones del Abogado, el
(**Es15.611**))
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