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El Beato esperaba <> a la mamá de Francisco; naturalmente, en el
Paraíso. íPobre Paquito! Todo nos autoriza a creer
que don Bosco encontraba en la bondad de su índole
y de sus otras cualidades los requisitos para
hacer de él un buen sacerdote y quién sabe si
también un buen salesiano. Nunca lo dice
abiertamente; pero casi lo lleva de la mano, lo
encamina, lo acompaña hasta el umbral, sin
empujarle a entrar. Diríase que el buen Padre
tenía el secreto presentimiento de la mala suerte
que esperaba a su huérfano, quedándose en el
mundo.
12. COSAS ROMANAS
Las cartas que escribió al Procurador suelen
ser de diversos asuntos. Hasta el presente, hemos
presentado ya algunas, íntegras o en parte; damos
plaza aquí solamente a dos.
El envío de un sacerdote para ayudar a don
Francisco Dalmazzo, una remesa de libros suyos y
de Lemoyne para presentar al Padre Santo como
signo manifiesto de su cariño al Vicario de
Jesucristo, la esperanza de que el dilata 1 no le
cerrase las puertas para otros privilegios, una
manifestación de extraordinaria superioridad de
ánimo, una manifiesta paternidad desde el
principio hasta el fin, forman el contenido
principal de esta importante carta.
Muy apreciado Dalmazzo:
Esta vez nos sirve de cartero nuestro hermano
el reverendo Manfredi, expárroco. Tiene buena
voluntad y es capaz para el trabajo. Pero es
todavía novicio y, por tanto, procura ser su
Maestro con las palabras, con las ((**It15.680**)) obras
y con las diligencias a hacer en Roma. Si se
necesitan exámenes, los hará. En San Benigno
trabajaba excelentemente. A otra cosa.
Desearía saber si mis libros y los de Lemoyne
han sido presentados al Padre Santo, y si éste ha
dicho algo y esto para nuestra norma.
Conviene que hables con monseñor Masotti y le
ruegues que nos aconseje y nos diga si, entre la
concesión del Padre Santo por una parte y el
dilata por otra, hay todavía algo, pero
categórico.
Después se lo dirás todo al cardenal Nina, a
quien nosotros seguiremos sin ninguna duda.
Alii alia dicant sobre lo nuestro en Roma. Yo
no me preocupo de nada, porque estamos seguros de
lo nuestro. Sin embargo, si me hablas
confidencialmente: de nuestras relaciones con el
Padre Santo, con el Cardenal Vicario, con la
iglesia del Sagrado Corazón, etc., me harás algo
muy útil.
Adjunta tienes una carta sobre La Spezia, para
que la leas, la cierres y la lleves después a su
dirección. Ya sé que no está bien escrita; que el
Cardenal 2 me perdone,
1 Véase más arriba, pág. 378.
2 El cardenal Jacobini, Secretario de Estado.
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