((**Es15.580**)
Mi salud no es mala, aunque no es muy buena.
Estoy siempre muy cansado. En cuanto a la limosna
de tres mil liras, que quiere hacer para continuar
las obras de la iglesia del Sagrado Corazón de
Jesús en Roma, no se preocupe. Haga lo que pueda y
siempre sin grave molestia.
Toda la familia salesiana de aquí recuerda
siempre su estancia en Turín y ruega por usted.
Dios la bendiga y María haga de Paquito otro
san Luis.
Mis respetuosos saludos para todos, comprendido
don Tulio. Ruégole no olvide en sus oraciones a
este pobrecito, que siempre será en J. C.
Turín, 4 de abril de 1884.
Su
atento y seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
((**It15.675**)) Cuando
el Beato fue a Roma para la bendición de la piedra
angular, dirigió esta cartita a la señora
Bonmartini desde la ciudad eterna.
Benemérita señora Condesa:
Tengo la satisfacción de comunicarle para su
tranquilidad que, en este momento, recibo el
billete de mil liras, que en su caridad envió para
la iglesia del Sagrado Corazón. Dios pagará
generosamente sus obras de caridad y yo continuaré
haciendo mis pobres oraciones por usted, por el
querido Paquito y por don Tulio.
No dejaré de hacer oraciones especiales por las
personas que me recomienda; más aún, rezaré por
todas ellas al Sagrado Corazón de Jesús y de
María, a fin de que Dios les conceda las gracias
que convengan a sus almas. Si, además, quisieran
estas personas hacer alguna obra externa, únanse a
mí, que, cada día, las recuerdo en la santa misa y
hagan las limosnas que puedan, para continuar las
obras de la iglesia del Sagrado Corazón.
Ruegue también por mí, siempre suyo en J. C.
Roma, 23 de abril de 1884.
Su
agradecido servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
De allí a poco hizo la señora otro envío a
Roma; en efecto, el diez de mayo don Bosco encargó
a don Juan Bautista Lemoyne que la respondiera
desde allí: <>.
Los regalos eran objetos para premios de la
tómbola.
(**Es15.580**))
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