((**Es15.579**)
Mi querido don Tulio:
Su sobre ha llegado intacto. Con las mil liras
de la señora Mainardi, y las ciento veinte de las
piadosas personas de las que habla en su carta.
Encargo al Sagrado Corazón de Jesús que pague a
cada uno dignamente. En el mismo sentido se lo
ruego. Salude y dé las gracias a todos, y haga
santo al querido Paquito, de quien celebro tener
buenas noticias en todos los aspectos.
He escrito una carta al señor Obispo de Padua.
He recibido su caritativa promesa de asistir y dar
nuestra conferencia el veinte del corriente.
Escribí otra carta a don Juan Tamietti, director
del colegio de Este. Pasará él mismo a hablar con
usted y con la señora Mainardi.
Se ha impreso una circular que será enviada a
todos los cooperadores de Padua y pueblos vecinos,
y un paquete de ellas para usted. Don Pedro Pozzan
irá a Padua ad hoc unos días antes. Espero que
resulte a la mayor gloria de Dios.
((**It15.674**)) María
nos proteja y ayude a salvar nuestras almas.
Volveré a escribir cuanto antes. Todo va bien
respecto a lo demás de la señora Mainardi.
Ruegue por mí, suyo en J. C.
Turín, 12-84.
Afectísimo amigo,
JUAN BOSCO, Pbro.
La primera columna a la derecha, que se ve al
entrar en el Sagrado Corazón, lleva esta
inscripción en la base: CONDESA BONMARTINI.
La Condesa quedó algo mortificada por el
resultado de la primera conferencia de Padua; pero
don Bosco, con su optimismo, hablaba así:
Benemérita Señora:
Debo cumplir mi deber y agradecerle la caridad
que ha tenido con nosotros en tantas ocasiones y
particularmente en esta primera conferencia,
recientemente celebrada en Padua.
Le parece a usted que la ciudad no ha
participado como se esperaba. Pero el Obispo
representa a toda la ciudad en el sentido
eclesiástico y, además, había también bastantes
buenos paduanos. Esté tranquila, porque esto será
un principio bueno y fructífero para la mayor
gloria de Dios. No dejaré de rezar y hacer rezar a
nuestros huerfanitos por el hijo de la marquesa
Robustalla, que tanto nos recomienda usted.
En cuanto al señor Bamboni, parece que, al
menos por ahora, no conviene hacerle cooperador;
con mucho gusto hago que envíen el diploma al
conde Camerini, de quien me dicen que es un buen
católico.
Me alegra muchísimo saber que nuestro querido
Paquito sigue animado para hacer buenas obras.
Recibí varias pruebas de ello y, especialmente,
por lo que don Pedro Pozzan me contó, con ocasión
de la conferencia de los Cooperadores. No, no dejo
de encomendarlo diariamente en la santa misa, a
fin de que continúe siendo bueno, salve a muchos y
se salve a sí mismo.
(**Es15.579**))
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