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Dios la bendiga, señora Angela, y la conserve
en buena salud, pero siempre en su santa gracia y
rece, se lo ruego, por mí, que siempre seré en J.
C.
San Benigno Canavese, 31 de agosto de 1882.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
íHe aquí con qué sencilla desenvoltura pide al
Rector de Loranzé, diócesis de Aosta, que le ayude
y le busque ayudantes!
Muy querido y reverendo señor Peronino:
Este año, y precisamente estos días, necesito
verdaderamente dinero. La papelera de Mathi,
algunas obras en el Oratorio de Turín y en San
Benigno y el pan comido por cerca de ciento
cincuenta mil muchachos, me piden que pague
grandes cantidades, cuando me encuentro con los
bolsillos vacíos.
Ayúdeme primero con su cartera, pida después a
su tío Párroco, y finalmente suplique al señor
Pagliassotti que haga lo que pueda en este momento
excepcional.
Quod superest, date eleemosynam. Explíquele lo
de quod superest.
Todavía me encuentro en San Benigno con otra
tanda de ejercicios espirituales. Salúdeme a su
tío el Párroco y su hermana y rece, se lo suplico,
también por mí, que siempre seré suyo en J. C.
San Benigno, 7 de septiembre de 1882.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D. Ruégole entregue la carta adjunta al
señor Pagliassotti y dígale unas palabras de
recomendación.
La alusión a la papelera de Mathi no necesitaba
más explicaciones para quien, sin duda había leído
el Boletín de marzo. El día tres de febrero, la
papelera de Mathi había sufrido un gran desastre.
Hacia las cinco de la mañana se oyó una fragorosa
explosión que sacudió y espantó a todo el pueblo.
Mientras dos ((**It15.648**))
obreros trabajaban en la máquina, había estallado
la caldera de vapor, en la que cocían los trapos:
bóvedas, paredes y techo de la casa saltaron por
los aires: quedó destrozada toda la maquinaria de
la fábrica: los dos pobres hombres quedaron
aplastados bajo los escombros. Había, por
consiguiente, que volver a levantar el edificio,
comprar nuevas máquinas y adquirir nuevos
pertrechos.
La papelera de Mathi vuelve a aparecer en una
carta a la señora Magliano, carta que es una obra
maestra de gracia en el eterno tema de pedir y más
pedir.
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