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traducción, le enviaré en seguida otro ejemplar,
porque me piden desde diversos lugares que se
imprima esa obrita en francés.
Le agradezco las buenas noticias que me da de
los sobrinitos De Maistre, y no dejaré de rezar
por ellos, particularmente por el buen Rodolfo,
para que Dios le ilumine en la elección de estado.
Estoy aquí en San Benigno con un batallón de mi
ejército salesiano. Nuestros ejercicios han
empezado en el mes de agosto y continuarán, tanda
tras tanda, hasta el nueve de octubre. Del diez al
quince de ese mes, espero ir a respirar un poco de
aire tranquilo en el Pessione 1 y poner en orden
el montón de cartas de mi escritorio. De este modo
cumpliré mi palabra y disfrutaré de su caridad,
que ya he gozado tantas otras veces.
Dios la bendiga, benemérita señora Marquesa, y
la conserve en buena salud, pero siempre en el
camino del cielo y ruegue, se lo suplico, por mí,
que agradecido seré siempre en J. C.
San Benigno Canavese, 30 de agosto de 1882.
Su
seguro y humilde servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D. Si la baronesa Acelia y el barón Carlos
se encontrasen con usted en el Pessione, ruégole
los salude de mi parte y me encomiende a sus
oraciones.
El título del <> que había
<> el año anterior, o sea, el que había
enviado a la Marquesa para que lo tradujera al
francés, era: Angelina o la Huerfanita de los
Apeninos. Pertenecía a las Lecturas Católicas,
desde noviembre de 1869 con el número doscientos
tres de la colección. Es la biografía de una
señorita rica la cual, impedida de hacerse
religiosa, huyó del palacio paterno y se sujetó a
servir toda la vida, desconocida, en una casa de
campesinos 2. No nos consta que se hiciera la
traducción.
Responde y pregunta, sin ninguna clase de
cumplimientos, a la señora Angela Piccardo, buena
cooperadora de Mele junto a Voltri.
Muy apreciada Señora:
Está muy bien todo lo que me dice sobre el
clérigo Artana. Le veré con mucho gusto. Pero
como, desde el día trece del próximo septiembre
hasta el día veinte, debo encontrarme y ((**It15.647**))
permanecer en nuestro Hospicio de San Pierdarena,
podrá más fácilmente ir hasta allí.
Con todo corazón rezaré por usted y por su
salud, como siempre desde que tuve el honor de
conocerla personalmente.
Espero también que me complazca con una visita
a San Pierdarena; y en tal ocasión no se olvide de
llevarme un bolsito de marengos de los que tengo
gran necesidad.
1 Barrio campesino de Chieri, donde los
marqueses Fassati poseían una quinta.
2 Véase: LEMOYNE, M. B. Vol. IX, pág. 660.
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