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mejor solución la de haber entablado gestiones
desde hacía dos años;
de no haberlo pensado tan pronto, tampoco se
habría tenido, sin duda, la satisfacción de ver
apagados sus deseos en 1884.
Y no se crea que fueran favorables a su
proyecto los vientos de Argentina. El mismo
Arzobispo de Buenos Aires, aun siendo tan benévolo
como era, no juzgaba oportuna ni necesaria la
creación del Vicariato, porque decía:
-Doy a los Salesianos, que van a aquellas
misiones, todas las fa cultades que yo tengo. Por
consiguiente, >>a qué separar la Patagonia de la
archidiócesis bonaerense? 1 Modificó después su
posición, cuando supo cómo pensaban en Roma.
También había que proceder con toda cautela
ante el Gobierno para no tropezar con
susceptibilidades, como si hubiera injerencias
arbitrarias o intromisiones extranjeras dentro de
los confines de la República, recientemente
asegurados con las armas. Así se entiende qué
quería indicar don Bosco, al escribir al
Procurador sobre <> en
este asunto 2.
Mientras tanto, en Patagonia se trabajaba
ardorosamente y se preparaba de este modo aquel
estado de cosas que justificaría, ((**It15.613**)) por no
decir reclamaría, un arreglo, que de hecho y de
derecho la insertara como entidad bien definida en
el complejo orgánico de las Misiones católicas.
Desde el cuartel general de Patagones y de Viedma,
don José María Beauvoir y don Domingo Milanesio se
lanzaban en todas direcciones, allí donde hubiera
grupos de civilizados o sonrieran esperanzas de
encontrar familias o tribus indias. Don Bosco, al
hablar a veces de numerosas colonias, entendía
referirse a los muchos pequeños núcleos de
poblaciones concentradas para vivir de la
agricultura y el pastoreo. Partiendo de estos
puntos, en los cuales procuraban los misioneros
instalar capillitas para la oración y el culto, se
iba en busca de los salvajes diseminados
ordinariamente a no grandes distancias 3. El audaz
don José Fagnano, jefe de la misión, a la par que
recorría los campos y exploraba las zonas más
inaccesibles, procuraba reforzar la residencia
principal, construyendo en Patagones una iglesia y
un colegio doble. De vez en cuando, recibía don
Bosco noticias
1 Así lo atestigua don José Vespignani en su ya
citada Crónica inédita de la Casa Inspectorial de
San Carlos.
2 Carta desde Turín, 29 de julio de 1882.
3 Véase Boll. Sal. abril y julio de 1882;
febrero de 1883.
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