((**Es15.523**)
Señorita:
En el Paraíso tiene su puesto preparado y,
creo, asegurado; pero, es así: todavía tiene que
esperar algún tiempo.
Recibo la limosna que manda para nuestros
huérfanos; Dios se lo pague generosamente. Don
Miguel Rúa está mejor; no así el conde Colle.
Nosotros seguimos rezando.
Dios la bendiga a usted, al abate Engrand y nos
guíe a todos por el camino del Paraíso. Amén.
Ruegue por mí.
Lanzo, 4 de julio de 1887.
Su s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
Señorita Clara:
Sigo en Lanzo; mi salud va algo mejor; >>y la
suya? No dejo de rezar cada día según su
intención. >>Cuándo vendrá a hacernos una visita
el Paraíso? Nosotros lo esperamos para cuando
plazca el Señor.
Encomiendo a don Miguel Rúa a sus buenas
oraciones; su salud ((**It15.609**)) no es
la que se desea. En este momento se encuentra en
Tolón con el conde Colle, que está gravemente
enfermo.
Dios nos bendiga y sea María nuestra guía en
los peligros hasta el Paraíso. Así sea.
Lanzo, 25 de julio de 1887.
Su s. s.
JUAN BOSCO, Pbro.
Las dos últimas cartas las escribió en
Valsálice durante los ejercicios en la novena de
la Natividad de María Santísima, el cuatro y el
cinco de septiembre, y casi con el mismo
contenido. Debió ser un caso muy explicable de
amnesia 1.
En dos ocasiones hizo don Bosco preciosos
elogios de la señorita Louvet. La primera, estaba
hablando con el abate Engrand y dijo:
-Es una persona que posee grandes virtudes.
Y la otra vez dijo al salesiano don Carlos
Bellamy:
-Nos ayuda mucho pecuniariamente, pero más aún
con sus plegarias.
Lo mismo que para el conde Colle, dejó don
Bosco para la señorita Louvet una cartita para
enviársela cuando él muriese. Decíale así: <(**Es15.523**))
<Anterior: 15. 522><Siguiente: 15. 524>