((**Es15.519**)
que así pueda usted anticipar el céntuplo ante
Dios y podamos nosotros servirnos de ella cuanto
antes>>.
((**It15.604**))
Volviendo a la anterior explicación, observamos
que, si no remachó el tema en su forma doctrinal,
sin embargo, insistió en las aplicaciones
prácticas según los casos. Así el año 1884 la
señorita Louvet, al recordar el plan que don Bosco
le había propuesto de que fuera a Roma, le
preguntó a quién podría dejar la custodia de sus
valores durante su ausencia. Don Bosco le
respondió que los podía confiar a la persona, a
quien acostumbraba encargar los guardase en
ocasiones semejantes. Pero luego añadía: <>. En otra ocasión,
fue todavía más explícito. Parece que el año 1886
pensaba la señorita Louvet hacer un legado para
una obra, a realizar después de su muerte; pero
ícuántas piadosas fundaciones habían cambiado de
finalidad durante los últimos tiempos en razón de
las leyes laicas! Por eso, don Bosco le
amonestaba: <> 1. Encontramos esculpido en forma
lapidaria su pensamiento, cuando, al escribir a su
bienhechor, el abate Engrand, implora del Señor y
de la Santísima Virgen la gracia de que pueda
morir pobre para ser rico eternamente 2.
Nos agrada, finalmente, recoger algunas notas
de dirección espiritual, diseminadas en esta
interesante correspondencia. Por todo el conjunto
se adivina que la señorita Louvet era una alma
buena, ávida de perfección cristiana e impregnada
de caridad. Su confianza en don Bosco es la que se
tiene en un santo. Hubo en ella un momento, en el
que rumiaba la idea de ingresar ((**It15.605**)) en las
Hijas de María Auxiliadora, y hasta hizo la
petición para ello al Santo; pero él, sonriendo,
le dijo:
-La edad, la salud, la condición, constituyen
un obstáculo insalvable para la realización de
este piadoso deseo.
Y ella se tranquilizó.
1 Turín, 26 de enero de 1884 y 26 de diciembre
de 1883.
2 Turín, 18 de diciembre de 1882.
(**Es15.519**))
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