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audiencia al Ministro, el cual lo recibió muy
cortésmente y le dijo:
-Ya le ha dado la respuesta el secretario. Yo
no puedo responder de otra manera.
Monseñor Gastaldi que siempre estaba al acecho
de los asuntos de los Salesianos, se apresuró a
escribir a Roma, sin molestarse en informarse como
Dios manda. León XIII preguntó al cardenal Nina
sobre el particular mostrándose apesadumbrado de
que un salesiano fuere acusado de re turpissima
(de deshonestidad).
Afortunadamente el Procurador pudo dar amplias
explicaciones al Cardenal y éste, satisfecho,
prometió que, al día siguiente, justificaría ante
su Santidad 1 al pobre don Hermenegildo Musso.
Faltó poco para que la denuncia no provocase, por
parte del cardenal Ferrieri, una visita apostólica
a todos los colegios salesianos, considerándolos
como lugares de males costumbres; se supo después
que León XIII paró en seco que se llevara a cabo
el malaventurado proyecto 2.
Lo mismo que en Cremona se impuso el cierre de
un colegio, así se impidió la apertura de otro en
CASTELLAZZO
BORMIDA.
En un ambiente más reducido (la lucha no salió
del ámbito de algún conciliábulo y de alguna hoja
suelta anticlerical de la provincia de
Alessandria) se libró idéntica batalla a la que en
Cremona dio la alarma a la prensa masónica
((**It15.579**)) de
Italia, o a la simpatizante con la misma; en
resumen, era una campaña contra las escuelas
privadas, o sea de los sacerdotes en general y, en
particular, de don Bosco, considerado como el
máximo representante de la renovada actividad
católica en la educación de la juventud. Así lo
había publicado sin ambages un periódico de Roma
3, escribiendo contra <>
sobre el asunto de don Hermenegildo Musso: <>.
Describimos brevemente los hechos.
El profesor Boidi, a quien debe su puerta
monumental la iglesia de San Juan Evangelista,
había puesto todo su empeño por lograr que los
salesianos fueran a su pueblo natal, Castellazzo.
En efecto, había dado
1 Carta de don Francisco Dalmazzo a don Bosco,
Roma, 15 de mayo de 1882.
2 Carta del mismo al cardenal. Roma, 25 de
octubre de 1882.
3 Messaggero, artículo titulado: <<íUn
sacerdote valiente!>>, n.° del 3 de marzo de 1882.
(**Es15.498**))
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