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el día de la conferencia o los hagan llegar de
algún modo al reverendo Juan Bosco, Superior de la
pía asociación>>.
No consta que hubiera dificultades en la Curia
para el Obispo pontificante, como podría
desprenderse de la tardanza en contestar. Fue
invitado el Obispo de Alessandria, monseñor
Jocundo Salvai, en cuya respuesta se trasluce la
gran estima y afecto que tenía a don Bosco.
<>.
Gran alegría le produjo a don Bosco un
telegrama llegado de Roma.
El día veintidós y la mañana del veintitrés
había sido su huésped, monseñor Nicolás Marini,
camarero secreto de su Santidad. De vuelta de
Madrid adonde, en calidad de delegado pontificio,
había llevado la birreta cardenalicia para el
Arzobispo de Sevilla, monseñor Joaquín Lluch, tan
bondadoso con los Salesianos de Utrera, se detuvo
en Turín expresamente para visitar a don Bosco,
quien le acompañó a ver la iglesia de San Juan y
le hizo celebrar la misa de la comunidad. Testigo
ocular de la gran concurrencia ((**It15.552**)) y
piedad de los fieles en el templo de María
Auxiliadora, durante la novena, comunicó
telegráficamente al Padre Santo su llegada a Turín
y su próxima partida para Roma, implorando la
bendición apostólica para don Bosco y para los
fieles. Respondió el mismo día de la solemnidad el
cardenal Ludovico Jacobini, Secretario de Estado,
en estos términos: <>.
En la fiesta de aquel año no podía estar
Francia mejor representada. Fueron sus priostes el
conde y la condesa Colle 2. Celebró la misa de
comunión general el abate Mendre de Marsella.
Acudieron a dar gracias a María Auxiliadora la
hija de la Marquesa de Gaudemarie y la señorita de
Rolland, curadas ambas milagrosamente en Cannes en
el mes de marzo. Estaban con ellos la condesa de
Corson, de París, salvada inesperadamente de una
grave pulmonía en HyŠres, después de haber hecho
una novena a María Auxiliadora, y la señorita
Clara
1 Carta a don Bosco, Alessandria, 22 de mayo de
1882.
2 Véase, más atrás, la pág. 107.
(**Es15.476**))
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