((**Es15.47**)
a quien había conocido en Roma en 1869, a
ofrecerle hospitalidad en su propia casa, de la
calle Roma. Allí se agravó de tal manera que no le
era posible moverse del lecho. La prudencia
aconsejaba que no se diera a conocer su refugio,
porque, en aquellos días nefastos, podía
acarrearle alguna molestia, dado que, además, como
dijimos en otro lugar, había sido declarado en
Italia, prófugo del servicio militar. Por ello, el
Director, don José Bologna, iba a visitarlo a
escondidas y en casa nadie sabía que él estuviera
allí.
Ahora bien, enterado don Bosco de que el
enfermo deseaba verlo, fue allí sin demora. El
presentarse ya avanzada la noche favorecía el
secreto; y además, de haberlo dejado para más
adelante, no hubiera podido efectuar la visita o
no hubiera podido ir sin llamar la atención. He
aquí, pues, cómo describe el padre Mortara la
visita del Beato 1.
<((**It15.42**)) para
dedicarme a trabajar por su gloria y convertir a
mi querida madre (que por desgracia pasó a la
eternidad el 17 de octubre de 1896). El respondió,
animándome a tener paciencia y resignación y a
hacer el sacrificio de mi vida, si así era la
voluntad de Dios. Y, en cuanto a mi madre, añadió
que mis oraciones serían más eficaces en el cielo.
Me bendijo de nuevo y se despidió. No volví a ver
a don Bosco y, pocos años después, me enteré de su
muerte, en olor de santidad. Una fundada esperanza
me animó y es la de que el hombre de Dios, que
tanto me favoreció en vida, continuará
bendiciéndome y pidiendo por mí en la gloria, que
ciertamente habrá conseguido>>.
Aludiendo a esta visita, decía en una carta de
1884 a don Bosco: <>.
Don Bosco encontró el Oratorio de San León
enteramente transformado
1 Carta a don Juan Bautista Lemoyne, 1898.
Faltan algunos datos, porque no hemos encontrado
el original, sino sólo la copia de esta carta,
escrita a mano por el mismo Lemoyne.(**Es15.47**))
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