((**Es15.467**) La
única noticia de alguna importancia es del cinco
de mayo 1. Había llegado de Magliano don José
Daghero con siete muchachos, unos del seminario y
otros del colegio, para saludar a don Bosco e
invitarle a visitar a la doble familia. El cinco
de mayo don Bosco quería presentarlos a León XIII;
por eso aquella mañana fue al Vaticano en coche
con su Cardenal Obispo el eminentísimo Bilio. El
Cardenal, que tuvo audiencia inmediatamente,
anunció a Su Santidad la presencia de don Bosco en
la antesala y le dijo que deseaba le recibiera Su
Santidad un momento para darle una respuesta. Pero
sucedió que tenía fijada una audiencia para un
grupo de peregrinos unos instantes después.
-Lo siento, dijo el Papa; necesito unos
minutos, porque tengo que recibir ahora a los
Irlandeses y hacerles un discurso.
Entonces el cardenal Bilio habló al Papa de dos
penas que afligían el corazón de don Bosco:
-Santidad, le dijo, don Bosco suplica que
((**It15.541**)) se
digne concederle los privilegios. Tiene dos
espinas atravesadas a este propósito. Una es
Ferrieri y la otra el Arzobispo de Turín. íY hace
tanto bien a mi seminario! Y íestá construyendo la
iglesia del Sagrado Corazón! íConsoladlo,
Beatísimo Padre!
-íSí, sí!, respondió el Papa, lo consolaremos.
Yo quiero mucho a don Bosco.
Aquel día conoció, por medio del cardenal
Bilio, al cardenal Ledochowsky; saludó después al
nuevo cardenal Angel Jacobini de Genzano 2; y
luego al cardenal Simeoni.
Tras recibir a los peregrinos, León XIII fuera
del salón del trono, encontró en fila y de
rodillas a don Bosco, a don José Daghero, a don
Joaquín Berto, a los seminaristas y a los
colegiales de Magliano. Pasó
1 Hay una cartita del día anterior para don
José Lazzero, en cuyo sobre lee: <>. Las dos iniciales querían decir:
<>.
Amice,
Esto sicut bonus miles Christi. In tribulatione
exardescit ignis charitatis. De praesentia
dilucidabuntur omnes difficultates. Age viriliter,
si vis coronari feliciter.
Vale et valedic. Ora pro me.
Romae, 4 mai 1882.
Amicus tuus
IOANNES BOSCO, sacerdos.
(Sé buen soldado de Cristo. En la tribulación
arde el fuego de la caridad. Todas las
dificultades se aclararán con la asistencia. Actúa
varonilmente, si quieres ser coronado felizmente.
Saludos y saluda. Ruega por mí).
2 El otro Jacobini, nombrado anteriormente, era
monseñor Domingo, que fue más tarde cardenal. El
cardenal Ludovico había recibido la púrpura en el
1879.
(**Es15.467**))
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