((**Es15.453**)
y manifestaba su agradecimiento por lo que ya
habían hecho anteriormente. La última parte
también aquí la dedicó a la obligación de dar
limosna.
Contento con la cuestación, prometió que, al
día siguiente, celebraría la misa por los
Cooperadores de Camogli y que diría algo sobre la
iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Roma. La
gente acudió como en la tarde anterior. Contó la
historia de aquella iglesia, y siguió diciendo
cómo con la iglesia surgía la necesidad de un
internado contiguo con capacidad para quinientos
muchachos, en razón de los graves peligros de
perder la fe que acechaban en aquella barriada a
los muchachos católicos; y contó que él había
visto varios campos de recreo abiertos por los
protestantes a los que acudían muchos jóvenes que
él imaginaba eran protestantes, ((**It15.524**)) cuando
en realidad eran católicos, que iban atraídos allí
porque les daban pan, ropa y algunos dineros. <> 1.
Se recogió de nuevo una discreta cantidad.
<>.
Y escribe Joaquín Berto en su diario: <>. Don
Juan Bautista Lemoyne hace constar en sus apuntes
que don Lutgardo, rector del Santuario y antiguo
alumno del Oratorio, le refirió tres gracias
obtenidas entonces por don Bosco en visitas hechas
a enfermos. Una mujer tuberculosa y otra con el
mal de San Vito, declaradas incurables, recobraron
la salud gracias a una novena a la Virgen, que don
Bosco les mandó hacer.
La tercera fue la de una tal Bono, señora que
tenía paralizados los brazos y no podía mover las
manos. Don Bosco le dijo que hiciera la señal de
la cruz, y ella respondió que le era imposible. El
Siervo de Dios repitió que la hiciera.
-íNo puedo!, replicó la enferma.
Entonces don Bosco ordenó que alguien agarrara
su mano derecha
1 Carta citada.
(**Es15.453**))
<Anterior: 15. 452><Siguiente: 15. 454>