Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


((**Es15.445**) de la Costa Azul, porque, como ya observamos en otra ocasión, residían en ella durante el invierno personas acaudaladas, francesas y extranjeras de las que esperaba obtener valiosas ayudas. Es muy probable, a nuestro parecer, que fuera el conde de Bourg, al que encontró en Toulouse, quien lo presentase al señor Saint-Genest, dado que ambos sostenían estrecha relación con los De Maistre. El señor Saint-Genest fue al Oratorio el año 1883, con la esperanza de encontrarse con don Bosco; pero éste se encontraba entonces en París y él envió desde Turín una larga comunicación al Figaro 1, de la que extraemos un párrafo, que hace a nuestro propósito: <((**It15.515**)) escucha más que a él. Entonces el que observa bien su rostro, descubre los rasgos de un hombre creado por Dios para algo extraordinario (...). Lo que más impresiona en él es la finura de su sonrisa, sus ojos pícaros y un aire de bondad superior y de voluntad indómita>>. El hecho de ver que don Bosco recibía tantas demostraciones de simpatía por parte de la ejemplar nobleza francesa debió dar en rostro a los celosos funcionarios de la policía republicana, los cuales parece que enviaron informes al Gobierno solicitando una intervención. En efecto, el corresponsal parisiense de un periódico clerófobo de Turín 2 telegrafió: <>. La orden de vigilancia fue expedida tan tarde, porque el examen de los informes y las correspondientes indagaciones requirieron su 1 El periódico parisiense la publicó en su número del 18 de mayo de del 1883, bajo el título de <>. 2 La Gazzetta del Popolo del 25 de abril de 1882. La Unidad Católica devolvió la pelota el veintiséis; su artículo aparece en el Boletín italiano de mayo. (**Es15.445**))
<Anterior: 15. 444><Siguiente: 15. 446>

Regresar a Página Principal de Memorias Biográficas


 

 

Copyright © 2005 dbosco.net                Web Master: Rafael Sánchez, Sitio Alojado en altaenweb.com