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Transportes Marítimos, el 15 de enero. La travesía
transcurrió sin incidentes. En Villa Colón se
encontró don Luis Lasagna con los salesianos
reunidos para los ejercicios espirituales, que
hacían durante el tiempo de las vacaciones de
verano. Los predicó él mismo con el ardor, la
piedad y el auténtico espíritu salesiano que había
reavivado junto al gran corazón de don Bosco.
Antes de terminar el año, el Siervo de Dios
recibió con gran alegría la visita de monseñor
Espinosa. Llegó éste con dos compañeros la vigilia
de Navidad. Don Bosco, feliz al conocer
personalmente al amigo sincero de sus hijos de
Argentina, no ahorró nada para que su permanencia
en Turín fuera agradable. Los visitantes hicieron
también una visita a San Benigno, donde los
recibieron con una bonita fiesta. El cuatro de
enero reemprendieron su viaje hacia Francia.
Monseñor Espinosa era portador de dos cartas de
su Arzobispo para don Bosco, una en español y otra
en italiano, fechadas en Buenos Aires el 24 de
agosto. El ilustre Prelado escribía en la primera:
<>Recomiende a sus reverendos sacerdotes que
recen mucho por sus hermanos de aquí, que van
aumentando en número y están haciendo mucho bien.
En el Congreso Nacional se está tratando de
autorizar al Gobierno para tratar con el Padre
Santo sobre la división de los Obispados. Esta
será la ocasión propicia para fundar un Vicariato
Apostólico en Patagonia y confiar la
administración a sus celosos misioneros. Deseo
ardientemente que esto se pueda conseguir, pero
tengo mis temores. Las oraciones de sus buenos
hijos pueden obtener esta gracia, que, además,
será fecunda ((**It15.39**)) en
muchos beneficios temporales. Seguiré dándole
noticias sobre este asunto. Sus Misioneros, lo
mismo que las Hijas de María Auxiliadora, aquí
presentes, me son de gran ayuda y aliento. Doy,
pues, por ello gloria a Dios y a V. R. mil gracias
y parabienes>>. En la otra carta añadía: <>.
Por Navidad llegaba a Turín otra carta, enviada
por medio de don Santiago Costamagna: era de
monseñor Yéregui, el cual, antes de tomar posesión
de su diócesis de Montevideo, había querido
manifestar los sentimientos de su alma al Superior
de los Salesianos en América,(**Es15.44**))
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