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La amplia nave de San Esteban se llenó de
público que, de acuerdo con la frase corriente,
estuvo una hora pendiente de los labios del
orador. El efecto se vio claramente en la
cuestación: fue ésta tan abundante que el Siervo
de Dios, agradecido, prometió celebrar, al día
siguiente, su misa en el orfanato por los
bienhechores, y dar por la tarde una conferencia a
los Cooperadores y a cuantos desearan pertenecer a
la asociación.
En la catedral había contado con sencillez
encantadora 1 el origen y desarrollo de la Obra
Salesiana, entreteniéndose especialmente en el
tema de las escuelas profesionales; en el orfanato
habló de la cooperación salesiana.
Las dos veces se dignó asistir el Cardenal. No
habríamos dicho el resultado de todo esto, si no
añadiéramos un detalle. Está todavía floreciente
en Toulouse una academia, denominada Juegos
Florales, que es la más antigua de Europa. Pues
bien, su secretario perpetuo, el conde Fernando de
Rességuier, después de haber escuchado, como él
decía, con el conde de Bourg 2 a un orador modesto
y con escasos conocimientos de la gramática y del
vocabulario francés, confesaba a su compañero el
conde de Bourg 3: <>.
((**It15.495**)) El día
seis, lunes, se sirvió un almuerzo íntimo en honor
del huésped en un gran hotel de la ciudad 4. El
conde de Bourg, que le había encontrado muchas
veces en casa de los de Maistre, decía al canónigo
Tournier 5 que él se sentó tranquilamente a la
mesa con su suave sonrisa, como si estuviese en
casa de los de Maistre en Turín o en Borgo
Cornalense y que acarició y bendijo a los niños y,
conforme a sus mortificadas costumbres, se
alimentó más del amor divino que de los manjares.
Dos sacerdotes, que aún viven, recuerdan la
visita de don Bosco al orfanato. Estudiaban allí
latín para entrar después en el Seminario
1 De la Semaine Catholique del doce de febrero.
El padre Antonio María, capuchino, apóstol de la
región de Toulouse, hacía en 1890 esta comparación
entre el hablar y el comportarse de don Bosco y el
de don Miguei Rúa: <> (Boletín Salesiano francés,
de febrero del 1890).
2 Aún tendremos que hablar del conde de Bourg,
que todavía vive (junio de 1933), en el volumen
XVI, al tratar del conde de Chambord, a cuyo
séquito pertenecía.
3 (TOURNIER, l. c. pág. 57).
4 Hotel Marsac, plaza de la catedral de San
Esteban, n.° 11.
5 L. c., pág. 59.
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