((**Es15.404**)
Muriósele el marido y, cuando terminó el período
educacional de Estanislao, el futuro economista
católico, se hizo religiosa en las Hijas del
Sagrado Corazón y murió en Roma el año 1924.
Conservó hasta el último momento una profunda
veneración hacia don Bosco, de quien hablaba
siempre con emoción.
..................................................
.................
Me apresuré a darle gracias y responder
detalladamente a las preguntas que en su bondad me
hacía. Me quedo pasmado al saber que mi carta no
le ha llegado.
Lo siento. Perdóneme. No tengo yo la culpa.
Vamos a ver si ésta es más afortunada que la
otra.
Recibo en este momento mil liras para el
Santuario del Sagrado Corazón en Roma. Sus
piadosas intenciones serán fielmente cumplidas:
celebraré la misa que me pide en honor de María
Santísima. Rezaré y haré rezar por las piadosas
intenciones que me señala. Para su norma le diré
que, hace muchos años, tengo cada día un recuerdo
especial por usted y su familia en la santa misa y
que seguiré haciéndolo hasta que haya recibido el
fruto del bien que nos ha hecho y lo reciba allá
arriba en el paraíso.
..................................................
....................
De todos modos, la oración obtiene todo lo que
necesitamos y esa oración la haremos nosotros por
usted todos los días y, especialmente, en la
próxima fiesta de María.
Que Dios la bendiga, señora Filomena. Dios le
conceda santidad y salud en abundancia y ruegue
por este pobrecito.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
P. D. Si le llega esta carta, envíeme una
tarjeta de visita.
((**It15.466**))
AFECTUOSAS CARTAS DE PESAME
Con motivo de la muerte de la esposa del
abogado Guido Donati, de Florencia, le escribió
una carta con suaves expresiones de consuelo
cristiano. Este cooperador salesiano fue padre de
sor Celestina Donati, fundadora de las Hijas
Pobres de San José de Calasanz y de los Asilos
gratuitos para las hijas de los presos, que murió
en olor de santidad del 18 de marzo de 1925.
Queridísimo señor Abogado en J. C. 1:
Hemos rezado y continúan rezando ochenta mil
muchachos: parecía que Dios quería acceder a
nuestros deseos con la curación de la señora
Constancia, su señora. Mas no fue así, en los
decretos de Dios, El quería que aquella alma
bendita fuese a
1 El original de esta carta está en poder de
las religiosas Calasancias de Florencia (Vía Faen
za, 54).
(**Es15.404**))
<Anterior: 15. 403><Siguiente: 15. 405>