((**Es15.401**)
Cuando Dios te llamó de manera verdaderamente
extraordinaria para venir conmigo, ciertamente
tenía un fin digno de él: el bien de tu alma
((**It15.462**)) y
alejarte de los peligros del mundo. Has tenido
buena salud, has hecho tus estudios, has
conservado limpio tu corazón. Durante todo este
tiempo, don Bosco ha hecho todos los gastos
necesarios para tu educación y nada te faltará en
lo porvenir. Pero, si vuelves al mundo, tendrás
que luchar mucho y quizás caigas en la batalla:
>>y tu alma? >>y el paraíso? Habrá peligro de
perderlos.
Por tanto, creo que lo mejor para ti será hacer
lo que dice san Pablo: El que está bien no se
mueve 1. Y en otra parte: Permaneced en la
vocación a la que Dios os ha llamado. Además, si
quisieras volver a tu tierra para hacer los
estudios, deberías ir antes de vestir la sotana;
porque yo no puedo concedérsela a un joven que
pertenece a la jurisdicción de otro.
Por consiguiente, considerando los gastos, el
viaje, los peligros espirituales y materiales;
considerando que estás en una casa en la que no
falta nada para el alma ni para el cuerpo y donde,
por tanto, está asegurada tu salvación eterna;
considerando que don Bosco es tu amigo y desea a
toda costa hacerte feliz en este y en el otro
mundo: te aconsejo hacerte Salesiano. De este
modo, harás sin duda la santa y adorable voluntad
de Dios en la tierra y, al fin de tu vida, la
Santísima Virgen Auxiliadora te acompañará a
recibir el gran premio del paraíso. Así sea.
Dios te bendiga y contigo a tus compañeros, y
ruega por mí que siempre seré en J. C.
Turín, 22 octubre 1881.
Tu amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Envió esta carta al muchacho por medio de don
Julio Barberis, a quien escribía: <>.
Pero no sirvió para los demás ni tampoco para
él. Debían estar ya entendidos con el Patriarca,
el cual, como ya hemos narrado 2, hizo que fueran
enviados por vía diplomática a Francia. Quizás don
Julio Barberis ya había querido librarse de ellos;
al menos así parece poderse deducir de estas
graciosas expresiones de don Bosco: <>.
((**It15.463**))
LA GRATITUD DE DON BOSCO
Todo el que ayudase a don Bosco a hacer el
bien, podía estar seguro de gozar de su
agradecimiento de palabra y de hecho. Así le
sucedió a la señora Catalina Ghione, viuda de
Cavalli, que le regaló
1 Debe aludir a: Qui se existimat stare, videat
ne cadat (I Cor., X, 12).
2 M. B. Vol. XIV, pág. 322.
(**Es15.401**))
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