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novicios, que se preparan para hacer su profesión
el día 3 del corriente. íCuántos misioneros!
Mi querido Costamagna:
Te encargo una misión a cumplir. Puedes
servirte de alguien. Me enviarás el resultado, que
yo comunicaré a la persona que contribuye a hacer
algún bien a nuestros hijos de América.
El jueves pasado hicieron una seria operación a
nuestro querido don Luis Lasagna. Se temió mucho
por su muerte durante dos días. Ahora está mejor y
los médicos lo declaran fuera de peligro.
Los otros hermanos de Europa, gracias a Dios,
gozan de buena salud.
Da un cordialísimo saludo a todos nuestros
hijos y alumnos de América; rogad mucho por mí,
porque llevo entre manos asuntos graves y
difíciles, que requieren luces especiales del
cielo.
Dios nos bendiga a todos y nos conserve en su
santa gracia. Amén.
Turín, 10 de octubre de 1881.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
Mientras esperaba el día de la operación, el
hombre laborioso no había permanecido mano sobre
mano, sino que había ido de un lado para otro,
buscando medios y personas que le ayudaran; al
tiempo que había estudiado el modo de realizar un
proyecto suyo. Acariciaba, hacía tiempo, la idea
de establecer un observatorio meteorológico en el
colegio Pío, de Villa Colón. En su amplia visión
de las cosas, comprendía las ventajas que
aportaría a su misión, el favorecer de algún modo
el progreso de las ciencias físicas. ((**It15.34**)) El
colegio Pío ocupaba una magnífica posición para
montar un observatorio, desde donde explorar los
fenómenos atmosféricos, para después comunicar los
resultados a las sociedades de América y de
Europa, que promovían el incremento de la
meteorología.
Había en Italia, y cerca de Turín, un hombre de
fama mundial en este ramo científico, el padre
Francisco Denza, barnabita, Director del
Observatorio del colegio Carlos Alberto en
Moncalieri. Don Luis Lasagna fue a visitarlo y,
como suele ocurrir en las conversaciones entre
hombres de gran altura, en aquellos coloquios su
plan tomó mayores proporciones; se trató, en
efecto, de establecer una red meteorológica en
América del Sur, poniendo por centro el
Observatorio de Montevideo y confiar su cuidado a
los salesianos. El padre Denza habló del proyecto
en el tercer Congreso Geográfico, que poco después
se celebró en Venecia y obtuvo que se formulase un
voto de aprobación en el sentido que se deseaba.
Conseguido este primer(**Es15.40**))
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