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P. D. Conviene que te entiendas con don José
Bologna, para enviar algunos ejemplares a algunos
de nuestros bienhechores del D'Espiney: como por
ejemplo, al párroco de San José, al abate Mendre,
a la señora Prat, a la señora Jacques, al señor
Rostand, Bergasse, el señor Obispo, etc. Al
Cardenal de Lyon, a monseñor Guiol, Rector de la
Universidad Católica ibidem, al señor Colle de
Tolón, etc. Procurad entenderos para no duplicar.
Mirad que yo no debo aparecer. Este libro es, en
su género, una verdadera obra maestra y, si yo no
estuviera comprometido, me gustaría hacerlo leer
en todas partes 1. Quisiera saber cómo dar las
gracias al docto autor.
ECONOMIA Y POBREZA
La subida de precios, a causa de la escasa
cosecha del año, ponía cada día en apuros a quien
tenía ((**It15.460**)) la
obligación de proveer a las necesidades del
Oratorio. Era por sí mismo un arduo problema
saciar tantos centenares de estómagos en tiempos
normales: íhay que imaginarse entonces lo que
sería en semejantes circunstancias! Don Bosco
encargó al prefecto interno, don José Leveratto, y
al ecónomo general, don Antonio Sala, que
estudiaran juntos cómo resolver tan grave
situación. A continuación envió a don J. Leveratto
una carta, en la que aportaba la ayuda de sus
luces señalando ciertos ahorros, más
indispensables que nunca en aquellas
circunstancias, y recomendando reavivar en todos
el espíritu de pobreza abrazada con voto.
Muy querido Leveratto:
La situación económica en que nos encontramos
al presente y la carestía de vino y demás
comestibles nos aconsejan que se introduzca algún
razonable ahorro, sin cambiar lo que es necesario
para la vida. Con tal motivo, os he recomendado, a
ti y a don Antonio Sala, que estudiéis la
cuestión, y que comencéis por ahora a cumplir
algunas de las decisiones tomadas en nuestro
capítulo general.
1.° Impedir el desperdicio de comida, pan, vino
en la cocina. Ténganse en cuenta las sobras. Lo
hacen los ricos; por tanto, más lo debemos hacer
nosotros que hemos hecho voto de pobreza.
2.° Córtese el abuso de las meriendas y
desayunos particulares, especialmente cuando se
emplea el vino, y, por tanto, prohíbase
rigurosamente entrar en las habitaciones ajenas.
Cuando se ha establecido algo, sea esto igual para
todos sin excepción.
3.° En los días solemnes haya un plato más, de
acuerdo con lo señalado, pero sin entremeses, sino
con fruta o queso, según la época, pero una sola
cosa.
4.° La C“pá (vaso de vino) dése únicamente el
día de san Francisco de Sales; pero que no sea
vino puro 2.
1 Don Joaquín Berto se cuida de anotar en una
copia de la carta a este propósito: <>.
2 La C“pá consistía en beberse un vaso de vino
de marca con motivo de alguna fiesta. Don Bosco
propone que se reduzca a una vez al año... íy con
vino bautizado! (N. del T.).
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