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usarlos donde sea necesario, y profesar al Supremo
Jerarca de la Iglesia la más profunda gratitud y
la más respetuosa veneración por él.
Se ve, por ellos mismos, cómo nuestra
Congregación, en su primer decenio, consistía en
la persona de su Director ayudado por algunos
sacerdotes y seglares. En la persona de aquel
sacerdote se habían hecho las concesiones
Diocesanas y Pontificias.
En el 1852 se constituyó al Superior de la
misma con todas las facultades necesarias.
((**It15.427**)) En el
1858 comenzó realmente a tomar el aspecto de
Congregación Eclesiástica que, después de
dieciséis años de estudio y de prueba, fue
definitivamente aprobada en 1874.
A fin de que tales privilegios o favores
alcancen su fin, conviene que todos recuerden:
1.° Que pueden aprovechar todos los favores
espirituales, sin excepción, cuando éstos se
refieren al bien espiritual de nuestra alma, como
son las santas indulgencias;
2.° Que se haga un uso moderado y prudente de
los mismos, dentro de nuestras casas y en nuestras
capillas privadas;
3.° Que se empleen con toda parsimonia, cuando
éstos se refieren a la autoridad de los
Ordinarios. Préstese constantemente a éstos, y en
todo, reverencia, obediencia y veneración.
Estos Rescriptos, Decretos, y Breves fueron
compulsados atentamente con sus correspondientes
originales, con los que se encontraron de acuerdo.
La traducción de los mismos se hizo y revisó
por idóneos profesores de nuestra Congregación.
Pero, como en la práctica ejecución de los
mismos pueden encontrarse serias dificultades, se
está preparando una explicación sobre la manera
más exacta y segura, a fin de que se pueda
conseguir mejor el fin propuesto por la Santa
Sede, que es la mayor gloria de Dios y el bien de
las almas.
Vivid felices, y que la gracia de N. S. J. esté
siempre con nosotros.
JUAN BOSCO, Pbro.
No hemos podido sacar en limpio de ninguno de
los documentos que hemos podido consultar, qué
hizo don Bosco de positivo en Roma respecto a la
comunicación de los privilegios, durante la
estancia de 1881. Nos parece que, en un primer
momento, se ocupó sobre todo en ganarse la
voluntad de los prelados influyentes para que
estuvieran de su parte en el momento oportuno.
Como cosa cierta sólo sabemos que, próximo a salir
de Liguria hacia Roma, hizo que le enviaran desde
Turín, y se los llevó consigo, ademas de la
publicación mas arriba indicada, los documentos
originales referentes a los tres privilegios
recientemente mencionados 1. Después de aquella
primavera nos toca dar un salto hasta otoño para
encontrar noticias seguras.
1 Carta de don Bosco a don Joaquín Berto,
Alassio, 8 de abril. (Véase más arriba, pág. 128).
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