((**Es15.364**)
espirituales, se encontró, al volver a Roma, más
enmarañada que nunca la madeja 1.
Al asomarse del invierno, el seis de diciembre,
le escribía don Bosco: <<>>Será posible que no
haya medio para acabar nuestra cuestión con el
empresario: Entre tú y don Angel Savio, en gran
secreto y confianza, quizá pudierais hacer algo>>.
Y de nuevo el dieciocho, siempre pacíficamente,
aunque bastante contrariado: <((**It15.419**))
nuestros trabajos del Sagrado Corazón de Jesús.
>>La rifa está dormida? Prepárala desde ahí, que,
desde aquí, te echaremos una mano>>. He aquí otro
de los medios acostumbrados a que recurría el
Beato para reunir los medios necesarios en sus
empresas; ni siquiera en Roma quiso dejar de
organizar una rifa. Pero entonces las
circunstancias aconsejaban moverse calladamente,
porque se organizaban muchas colectas en favor de
los damnificados con motivo de las graves
inundaciones en el norte de Italia. Oportunamente
hablaremos, en uno de los próximos volúmenes, de
la rifa romana y sus peripecias.
Finalmente se salió de aquel berenjenal a
principios del nuevo año. Dio el primer gran paso
el conde Vespignani cuando se presentó la
liquidación de todo el trabajo del empresario:
llegaba casi a las cuarenta mil liras. Don Angel
Savio, como representante de don Bosco, propuso
efectuar el pago inmediato, sin hacer ninguna
observación, porque así se favorecería la retirada
de aquel hombre y porque, de otro modo, no se
terminaría nunca. Don Francisco Dalmazzo comunicó
enseguida la noticia al Beato, como <> 2.
Este acto allanó el camino para librarse
definitivamente del antiguo contrato, lo cual se
hizo con escritura legal firmada por ambas partes
el seis de febrero. En consecuencia, los
representantes de don Bosco compraron todos los
pertrechos, maderaje, vallas y materiales
existentes, pagando, además, cuanto aún se debía
por la casa donde vivían y por la capilla, y se
entró en franca posesión de todo. Quitado de en
medio el antiguo contrato, resultó fácil romper
los distintos líos
1 Carta a don Bosco, 30 de octubre del 1882
(Apénd., doc. núm. 63).
2 Carta de don Francisco Dalmazzo a don Bosco,
Roma, 31 de enero de 1883.
(**Es15.364**))
<Anterior: 15. 363><Siguiente: 15. 365>