((**Es15.361**)evitaba
su presencia. No se quería reconocer a los
Salesianos como propietarios.
Ilustrísimo señor Conde Vespignani, arquitecto:
Después de la conversación que tuve el honor de
sostener con V. S., he puesto en práctica cuanto
me indicó y he invitado a una persona del ramo a
echar un vistazo sobre las cuentas y los trabajos
ya efectuados, confrontándolos con lo contratado.
Se hicieron observaciones de cierta importancia
que deseo le sean comunicadas. Y puesto que yo
debo volver a Turín, donde me reclaman diversos
asuntos, dejo formalmente encargados a mis
sacerdotes Francisco Dalmazzo, cura párroco de la
iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, y Angel
Savio, para que hagan mis veces. Lo que ellos
hagan será aprobado por mí.
Por mi parte, deseo y recomiendo que toda
cuestión se allane amigablemente sin acudir a los
tribunales civiles, sometiéndonos al parecer de
personas peritas de la confianza de ambas partes.
Y para prevenir cualquier ocasión de malas
inteligencias, me parece necesario queden
establecidas dos cosas:
1.° Poner en regla lo pasado, de manera que no
se tenga que volver sobre ello para ponerse de
acuerdo o discutir.
2.° Establecer principios y bases claras y, en
consecuencia, presentar planos y condiciones con
los precios correspondientes a cada parte de
trabajo. Además, para evitar los perjuicios y las
consecuencias del retraso en los trabajos, se
deberá reanudar la construcción de la iglesia,
para no perder las actuales jornadas que son las
mejores del ano para los trabajos de construcción.
Ruego que todo se trate y se haga de la manera
que pueda ser más útil para bien espiritual de
nuestras almas y mayor gloria de Dios.
De V. S. Ilma.
Roma, 9 de mayo de 1882.
Su seguro servidor,
JUAN BOSCO, Pbro.
La <> invitada por don Bosco
para examinar la cuestión era el ingeniero
arquitecto José Squarcina diputado en el
Parlamento. Este, escribiéndole sobre las normas
expuestas en la carta a Vespignani, las
consideraba dictadas ((**It15.416**)) <>
y añadía: <> 1.
Palabras que indican claramente por sí mismas
que la obra estaba parada, a espera de que se
llegase a una solución satisfactoria; en efecto,
los trabajos estaban completamente suspendidos
desde el diecisiete
1 Carta a don Bosco, Roma, 17 de junio de 1882.
(**Es15.361**))
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