((**Es15.345**)((**It15.396**))
CAPITULO XIII
LA IGLESIA DEL SAGRADO CORAZON
DE JESUS EN ROMA
ERA en el invierno de 1881. Don Bosco estaba a
punto de emprender su viaje a Roma, cuando
escribió, desde Alassio, una carta a don Juan
Cagliero que se encontraba en España 1:
<>. Desgraciadamente, no in cymbalis bene
sonantibus 2 puesto que su pobre cabeza estaba
aturdida con muchos pensamientos dispares e
inquietantes y, sólo gracias a su santa
imperturbabilidad, podía mantenerse en lucidez.
En medio de tantos cuidados, cruzaban a menudo
su mente y le apuraban las preocupaciones por la
iglesia del Sagrado Corazón. Pero la suerte estaba
ya echada y había que llevar la empresa hasta su
término, costara lo que costase.
Cada día era mayor la necesidad de enviar
dinero a Roma, mas sin desviar la beneficencia de
las demás obras, que esperaban de él los medios
para subsistir o para ser llevadas a cabo. Hizo,
pues, como los pescadores que, para asegurarse una
buena captura, echan al mar las grandes redes. En
el mes de enero de 1881 lanzó al mundo, por todas
direcciones, millares de circulares pidiendo
ayuda. Las escribió en italiano, pero buscó
enseguida buenas traducciones a las lenguas más
habladas.
((**It15.397**))
Apoyándose en el principio de que las obras de
religión, fundadas en Roma y promovidas por el
Papa, deben interesar a todos los cristianos del
mundo, se dirigió a la universalidad de los
católicos con la circular impresa, redactada en
italiano, francés e inglés. Dicha carta no era más
que el resumen de un artículo del Boletín
Salesiano del mismo mes, en el que daba la noticia
a los Cooperadores Salesianos del encargo que el
Padre Santo confiaba a don Bosco.
No diremos nada de la parte histórica, pues ya
la hemos tratado
1 Véase mas arriba, pág. 127.
2 Salmo 150, 5.
(**Es15.345**))
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