((**Es15.342**)
del ingeniero Buffa sobre la iglesia de San Juan.
El autor del <>, decía de don
Bosco en la primera página: <>. De
donde el otro partía para recargar la dosis de
cuanto anteriormente había dicho sobre los dos don
Bosco, parándose ((**It15.393**)) ahora
en el feo asunto de don Angel Ricchino 1,
presentándolo de forma que sirviera para
desenmascarar la santidad de don Bosco. Buffa daba
esta noticia en una nota: <>.
Y añadía el heraldo del liberalismo masónico:
<>y vosotros seguís en el mejor de
los sueños? >>No teméis que esos cien mil
muchachos se conviertan mañana en cien mil
clericales?>>.
Pero el politicastro se la tenía jurada a
muerte a Pío IX, cuya angelical figura arrastraba
por el fango, desafiando a don Bosco a que se
defendiera contra las indignidades divulgadas en
aquellas columnas, como hechos históricos que no
admitían discusión.
Sin don Bosco llegó a leer todas las infamias
que sumariamente hemos referido, debió llorar en
su corazón, pensando en el escándalo de los
pusilámines, que pueden ser de todas las edades;
pero no dio respuesta alguna, ni permitió darla.
Hubiera sido echar aceite al fuego; y por otra
parte, bien le caían al nuevo Capaneo los versos
dedicados por Dante Alighieri al primitivo:
Nullo martiro, fuor che la tua
rabbia,
Sarebbe al tuo furor dolor compito
2
Los periódicos eran portavoces de los que
maniobraban entre bastidores: los misteriosos
instigadores que habían armado la mano de los
sicarios en las dos agresiones descritas 3 y
templaban la pluma de los periodistas a sueldo. De
todo ello se desprende para el historiador una
única conclusión. Si, a pesar del cuidado
meticuloso de don Bosco para esquivar la política,
se insistió por tanto tiempo en considerar como
política su actividad, >>qué habría sucedido de no
haberse mostrado tan circunspecto? Hoy nos resulta
fácil, a la vista de los resultados, alabar su
gran prudencia; pero el haberse trazado por sí
mismo
1 Véase pág. 165.
2 <>.
Capaneo: uno de los siete héroes mitológicos
que lucharon contra Tebas; fue muerto por un rayo
de Júpiter, irritado contra él, porque despreciaba
a los dioses (N. del T. ).
3 Véase Vol. XIV, pág. 440 y ss.
(**Es15.342**))
<Anterior: 15. 341><Siguiente: 15. 343>