((**Es15.32**)
Don Bosco entregó a los misioneros cartas para
los hermanos de allá. Era su costumbre escribir de
su puño y letra una cartita a cada salesiano de
América, sacerdotes, clérigos y coadjutores, todos
los años, sin olvidar a ninguno. Así continuó
haciéndolo mientras pudo, esto es, hasta fines del
año 1884. Poseemos una preciosa prueba de esta
correspondencia con las nueve cartas que hemos
podido conseguir, todas con fecha del 31 de enero
de 1881. Las reproducimos con unas líneas de
presentación.
A don Santiago Costamagna, recientemente
elegido Inspector, en lugar del fallecido don
Francisco Bodrato, le sugiere normas para dar a la
Patagonia una ordenación eclesiástica definitiva,
antes de emprender la obra misionera, para que,
después, no se presenten complicaciones; y le
traza además brevemente la línea de conducta a
seguir en su nuevo cargo.
((**It15.25**))
Carísimo Costamagna:
He recibido varias veces tus noticias y tus
cartas. Todo iba bien. El cielo está sereno,
aunque haya algunas nubes. Esta es la condición de
lo humano. Recibirás cosas, compañeros y cartas.
Haz tú la distribución.
Nosotros haremos cuanto podamos para saldar las
deudas ordinarias; haced otro tanto vosotros.
Espero que este año nuestras cosas se arreglarán
bien.
Es asunto de mucha importancia el de una
Prefectura o un Vicariato Apostólico en la
Patagonia. El Padre Santo lo desea y lo
recomienda; a nosotros nos conviene. Sin ello, no
podremos contar con el apoyo de la Propaganda Fide
de Roma, Lyon, ni de la Santa Infancia. Parece que
ni don Francisco Bodrato, ni tú os dais cuenta de
la importancia de esto.
Sabrás nuestras noticias por los demás. Yo me
limito a decirte: Tu vero vigila, in omnibus
labora, sicut bonus miles Christi.
Pero sin olvidar que somos salesianos. Sal et
lux. Sal de la dulzura, de la paciencia y de la
claridad. Luz, en todas las actuaciones externas,
ut omnes videant opera nostra bona et glorificent
Patrem nostrum qui in coelis est.
Te ruego saludes cordialmente, si tienes
ocasión de verlos, al diputado Frías, al doctor
Carranza y al señor Gazzolo.
Que Dios te bendiga a ti, a todos nuestros
queridos hermanos y a todas nuestras obras, a fin
de que todo sea siempre y únicamente para la mayor
gloria de Dios. Amén.
Ruega siempre por mí, que con todo el corazón
soy
Turín, 31-1-1881
Tu
afmo. amigo en J. C.
JUAN BOSCO, Pbro.
La Mármora, en 1853, contra la proposición de
someter a los clérigos al servicio militar, y
rebatidos por éste último, después, bajo el Reino
de Italia en 1869 y 1871. Ningún acontecimiento
público pudo dar pie a Margotti para exhumar estos
documentos en enero de 1881; sería, pues, para dar
a entender una vez más que no merecía el nombre de
ley la disposición que arrancaba del seminario a
los clérigos para mandarlos a los
cuarteles.(**Es15.32**))
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