((**Es15.308**)((**It15.352**))
CAPITULO XI
LAS HIJAS DE MARIA AUXILIADORA A
LA MUERTE
DE SU PRIMERA MADRE GENERAL
CUANDO más pretextos de jurisdicción complicaban
la causa de don Juan Bonetti, el abogado Leonori
escribía a don Bosco 1:
<>.
También otros opinaban igual. Pero don Bosco no
tenía ninguna prisa por alcanzar tal aprobación de
la Santa Sede. Sabía muy bien que Roma se
inclinaba a que las Congregaciones femeninas
quedaran totalmente independientes de los
Institutos de varones y semejante separación
hubiera sido entonces perjudicial por lo precoz,
ya que todavía necesitaba formar, conforme a su
ideal, el espíritu de la Congregación que tanto
prometía. Seguía, además, en ello el ejemplo de
los Sacerdotes de la Misión, los cuales,
precisamente por este mismo motivo, no quisieron
nunca que se aprobaran las Reglas dadas por san
Vicente a las Hijas de la Caridad 2.
((**It15.353**)) Se han
recalcado las prometedoras esperanzas de la nueva
Congregación. El año 1881 empezaron las Hijas de
María Auxiliadora a imprimir su Anuario, o elenco
general, de las hermanas y de las casas, siguiendo
el ejemplo de lo que hacían los Salesianos desde
1872. Llevaba un apéndice con la breve cronología
de sus difuntas. En él aparece el Capítulo
Superior compuesto por:
1 Roma, 21 junio de 1881.
2 En 1901 un decreto de la Congregación de
Obispos y Regulares, entre las condiciones que
ponía para que las Congregaciones femeninas
pudieran obtener la aprobación de sus Reglas por
la santa sede, estaba la plena independencia de
toda Congregación de varones con el mismo fin.
En 1918 ese decreto se convirtió en un artículo
del nuevo Código de derecho canónico. Para las
Hijas de María Auxiliadora dicho Decreto entró en
vigor el año 1906. En 1921 Benedicto XV nombró a
don Pablo Albera delegado apostólico para las
Hijas de María Auxiliadora, con la misión de
conservar entre ellas, por sí mismo o por medio de
otros, el espíritu del Fundador.
(**Es15.308**))
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