((**Es15.304**)
Cavina: <>
Ya en Turín, don Bosco escribió, antes de su
muerte, tres cartas al canónigo José, hermano del
Conde. En la primera encontramos confirmada
nuevamente una afirmación del Siervo de Dios.
Hablando en 1875 a los Directores 1, había dicho
que él se cuidaba de que las beneficencias que el
Papa le hacía volviesen a su origen por medio del
óbolo de San Pedro. Que esto no era solamente un
pío deseo, lo demostraron los seis mil francos que
llevó con esta intención de Marsella y que se los
robaron en Roma. Aquí aflora nuevamente el
nobilísimo pensamiento. En esto, por lo demás,
demostraba ser coherente consigo mismo: desde los
orígenes del óbolo de San Pedro en 1849, >>no
había él prestado la pequeña, pero preciosa
colaboración de sus pobres oratorianos?
Carísimo en J. C.:
He recibido su apreciada carta, que le
agradezco de corazón. En Faenza visité dos veces a
su hermano, a quien encontré muy grave. Desde
entonces, no he dejado de rezar y de hacer rezar
por él. Cuando fui a su casa, estuve por sugerirle
un medio extraordinario, que muchas veces ha
resultado bien: que hiciera una limosna notable al
Padre Santo, que pasa apuros. Pero después me
abstuve, porque las buenas disposiciones de su
señora madre y de toda la familia ya eran de dar
una buena limosna, si se conseguía la curación.
((**It15.348**)) A mí,
con todo, me dieron una bonita limosna, para misas
y oraciones que ya hemos hecho y seguimos haciendo
día y noche, ante el altar de María Auxiliadora.
Queridísimo Monseñor, no dejaré de tener cada
mañana un memento por usted en la santa misa;
tenga también usted la bondad de pedir por mí, que
siempre seré en los sagrados Corazones de Jesús y
de María,
Turín, 28-5-1882.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
La familia Cavina, que se había mostrado
dadivosa con don Bosco en persona, quiso enviarle
aún dos mil liras, que él destinó a la iglesia del
Sagrado Corazón. Refiriéndose al condesito Carlos,
digno sucesor del nombre y de las virtudes de su
padre, el Beato usa el epíteto de <>
(gracioso). Iría contra sus habituales
sentimientos, si este
1 Véase el Vol. XI, pág. 27. Los originales de
las cartas de don Bosco al Canónigo se conservan
en el archivo familiar de los Cavina.
(**Es15.304**))
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