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Don Faustino Confortóla que, en los complicados
trámites de la adquisición, había demostrado ser
un hombre hábil para los negocios, supo llevar
adelante los trabajos con toda rapidez,
ingeniándose para buscar dinero y, al par que
atendía al oratorio festivo de la calle Cimabue,
buscaba lo necesario, para no retardar la apertura
del internado. Este debería recibir también a
algunos estudiantes del bachillerato, para lo que
se requería autorización del Delegado Provincial
de Enseñaza. Es cierto que tras la pantalla de las
escuelas profesionales, podía eludirse su
injerencia por algún tiempo; ((**It15.338**)) pero,
en aquellos críticos momentos, siempre había que
temer. El Arzobispo le allanó el camino. Tenía él
cerca de setenta peticiones de muchachos que
aspiraban a ser seminaristas y se disponía a hacer
entre ellos una buena selección para confiar los
mejores a don Faustino Confortóla, apenas
estuviera abierto el internado. Con este proyecto
de Su Excelencia, era fácil obtener un decreto
arzobispal para convertir la nueva casa en
seminario menor, donde, por consiguiente, nada
tenía que ver el Delegado Provincial de Enseñanza.
Y así quedó establecido. Don Bosco respondió a una
comunicación del asunto con la siguiente carta al
Director:
Muy querido don Faustino:
Está muy bien lo acordado con el Arzobispo,
pero yo deseo secundarlo en sus piadosas
intenciones con todo lo que tenemos. Por tanto:
1.° Aceptamos con gusto a los muchachos que va
a enviar a nuestro internado por la pensión de
treinta liras mensuales y, si no pudiéramos
arreglárnoslas, hablaremos con el mismo señor
Arzobispo para reducir algo la mesa, o para
aumentar la pensión mensual, si fuera
imprescindible. Véase, si es posible, que el
número a aceptar por Monseñor llegue a los
treinta.
2.° El número de setenta muchachos aspirantes
al estado eclesiástico me excita sobremanera el
apetito. Si pluguiere a Monseñor, podrían
repartirse por este año, entre las casas de Lucca,
La Spezia y también Sampierdarena. Para otro
curso, espero que podremos tenerlos a todos con
nosotros en Florencia. Si el Arzobispo aprueba
este proyecto, comuníquemelo 1 enseguida para dar
las órdenes oportunas.
El viaje no les sería muy gravoso, ya que
nuestros alumnos gozan del 50 % de descuento en
los viajes por ferrocarril.
3.° Diga a Monseñor que siempre daremos
preferencia a los alumnos que él envíe a nuestras
casas y que, en todas, él será dueño de cuanto
concierne a la religión y a la enseñanza.
4.° Sólo le pido que busque dinero para
terminar la casa y amueblarla.
Que Dios nos bendiga en todo y créame siempre
en N. S. J. C.
Turín, 14 de octubre de 1881.
Afmo. amigo
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Don Bosco hablaba de usted a don Faustino
Confortóla, porque ya era sacerdote cuando entró
en la Congregación.
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