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obras y mobiliario, habría que contar con el
producto del trabajo de los aprendices, no
consintiendo la Marquesa que se dejasen
obligaciones a cargo de sus herederos. Como se ve,
faltaba aquí la plena autonomía exigida siempre
por don Bosco, y se exponía la obra a las
dificultades que obstaculizaban las obras pías,
sujetas a injerencias gubernativas, al ser
necesaria, por ley, la autorización del Gobierno
para una obra perpetua.
Y, mientras no era posible llegar a un acuerdo,
ante estos dos caminos tan dispares, el
Ayuntamiento necesitó urgentemente dedicar el
exconvento para alojamiento temporal de soldados.
La Marquesa, ((**It15.296**))
queriendo impedir que la ocupación se prolongase
demasiado, insistió para que fueran enseguida los
Salesianos, pero en la cabecera de su carta,
fechada en Castellammare di Stabia, el 3 de agosto
de 1881, don Bosco escribió: <>. Con
ello quería decir la aprobación de los dos
proyectos, pero ésta no llegó a efectuarse. La
última carta de la Marquesa a don Bosco, fechada
al 21 de diciembre de 1882, lleva, con las
felicitaciones navideñas, una especie de nueva
propuesta, que tiene el aspecto de un cambio, por
no decir abiertamente que no se hable más de lo
tratado. Ya, en su carta anterior, había dicho la
señora: <>. Y, en la posdata: <>. En esta última escribe que se
dirige a él <>
para que la consuele y anime. Todavía el 30 de
octubre de 1883, enviaba la Marquesa a don Bosco
cien liras para los Misioneros, se encomendaba a
sus oraciones, le llamaba su padre y concluía
diciendo: <>. El que
trataba con don Bosco, aunque fuera de opinión
contraria, no dejaba de apreciarle y quererle. En
esta ocasión, el asunto no hubiera tomado tan mal
cariz, si la caritativa Señora no lo hubiese
puesto, por excesiva prudencia, en manos de
abogados, que, naturalmente, le aconsejaban a su
modo.
B R O N T E
Y M A R S A L A
Bronte, población de la que ya nos ocupamos
cuando fueron allí las Hijas de María Auxiliadora
1, poseía, desde hacía un siglo, un colegio, que
gozaba de mucho renombre en toda la isla. Lo había
1 Véase vol. XIV, págs. 554 y ss.
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