((**Es15.236**)
documentadas sobre el acto académico en la iglesia
de Valsálice, como le había ordenado el Cardenal,
para restar valor al nuevo intento de acusación 1.
Su Eminencia le respondió:
Reverendo Señor:
He recibido su carta con los datos adjuntos,
por lo que le doy las gracias. Pero ya sabía por
monseñor Marini el verdadero estado de las cosas.
Lo que sucede es providencial. Si ve a don Juan
Bonetti, dígale que he recibido su carta. Déle las
gracias y salúdele en mi nombre.
Pero las noticias que me da del buen don Bosco
me apenan por un lado y me confortan por otro;
esto es, no querría que sufriera, mas, por otro
lado, debe reproducir a Job en esta vida. Entre
tanto, déle ánimos en mi nombre; y si su salud no
le permite venir, es necesario, para cumplir los
deseos del Santo Padre, que le dé a usted poderes,
mediante una carta, en la que exprese, con
relación a la concordia que debe efectuarse con el
Arzobispo, que él ya había expresado sus
sentimientos al Cardenal Protector, el cual debe
haber hecho conocer al Santo Padre que, de todos
modos, aceptará de buen grado todas las
disposiciones que Su Santidad, en su iluminada
rectitud, crea oportuno establecer, gloriándose de
ser él y su institución hijos obedientes de la
Santa Sede.
Vea usted la manera de volver con rapidez y,
mientras tanto, créame con particular estima.
Roma, 27 de mayo de 1882.
Su
afectísimo seguro servidor
L. Card. NINA, Protector
Don Bosco cumplió inmediatamente lo que el
Cardenal Protector sugería, escribiendo estas dos
cartas a Su Santidad y al Cardenal.
((**It15.265**))
Santísimo Padre:
Mi salud, Beatísimo Padre, me impide ir a Roma
para ponerme respetuosamente a sus pies, para
cuanto V. S. considere que redunda a mayor gloria
de Dios.
He concedido facultad a nuestro hermano don
Francisco Dalmazzo para hacer mis veces en todo lo
que parezca bien a Vuestra Santidad.
Suplico humildemente a V. S. imparta una
bendición para mi vista gravemente amenazada, a
fin de que pueda emplear los días que Dios quiera
todavía concederme, en ajustar todo lo que se
refiere a la Congregación que V. S. ha querido
confiarme.
Humildemente postrado, considero el más grande
honor poderme profesar
De V. S.
Turín, 30 de mayo de 1882.
Afmo. y humildísimo hijo,
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Carta del 25 de mayo de 1882.
(**Es15.236**))
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