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que diera explicaciones y el Papa había consultado
sobre ello al Eminentísimo Cardenal Nina.
((**It15.258**)) León
XIII, que ya había decidido tomar la causa por su
mano, apenas se le aseguró que monseñor Gastaldi
quería llegar a un acuerdo, detuvo sin más el
proceso y dio orden de que se llamara
telegráficamente a don Bosco a Roma. Don Francisco
Dalmazzo le telegrafió el 18 de mayo por la tarde
y recibió esta respuesta de don Miguel Rúa:
<>.
El Procurador acudió enseguida al cardenal
Nina, para ver si era posible dispensar a don
Bosco de que fuera o que, al menos, se le
permitiera retardar el viaje. Su Eminencia
contestó que la orden había partido del Papa y
que, habiéndosele hecho presente que don Bosco
había salido de Roma hacía poco tiempo y que ya
estaba en Turín, Su Santidad había respondido:
-Paciencia. Ahora que el Arzobispo tiene estas
buenas disposiciones, quiero arreglar yo mismo
esta discordia y, por tanto, se le telegrafíe que
venga.
A Colomiatti se le había comunicado desde
Turín, que permaneciera en Roma el tiempo
necesario, aunque fuera cuatro meses, con tal de
que lograra romper el nudo gordiano 1.
Entonces don Francisco Dalmazzo replicó:
<>. Y
don Miguel Rúa volvió a recalcar: <>.
Don Bosco había mandado esta cartita para el
Cardenal, por medio de don Francisco Dalmazzo:
Eminencia Reverendísima:
Siento mucho no poder ponerme en viaje hacia
Roma tan deprisa como deseo. No puedo estar
sentado, tengo un pie malo y, a duras penas, puedo
caminar. Sin embargo, si es necesario un viajecito
mío para verme con su Eminencia, me pondré en
viaje el 24 ó el 25 del corriente mes. Tendré que
hacer alguna parada, pero el 26, al mediodía,
espero encontrarme en Roma.
Perdone esta mi involuntaria tardanza y
permítame el honor de poderme profesar de V. E.
Rvma.
Turín, 20 de mayo de 1882.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
1 Carta de don Francisco Dalmazzo a don Bosco,
Roma, 21 de mayo de 1882.
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