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((**Es15.220**) convencerse de que, puestas las cosas como se cuentan, yo no habría sido tan ingenuo Para hablar de aquella forma con el exjesuita ni con cualquiera otra persona. Por tanto, >>qué juicio formarse de la carta del padre Leoncini, de las Escuelas Pías? Una de dos: que él ha falseado o interpretado mal el relato del padre Pellicani; o bien que éste, al saber que algunos le hacían a él mismo autor de aquellos libros y, hasta que fue llamado a la Curia de Turín, hizo el relato de ese modo para alejar la tempestad de su cabeza y cargarla sobre las espaldas del pobre don Bosco. Dios, que todo lo ve y sabe, ve y sabe que yo no miento, y eso me basta 1. En la carta de Monseñor, página 22, se habla también de un escrito a mi cargo del reverendo Vicente Minella; pero, como no lo veo en los documentos, tampoco puedo saber qué dice ni qué le debo contestar. Advierto aún que la Curia Arzobispal de Turín, en esta circunstancia, anduvo falta de delicadeza y decoro. Dicha Curia hizo llamar a algunos sacerdotes de la diócesis, que habían sido alumnos míos, y los sometió a odiosas inquisiciones y hasta amenazas para saber y hacerles declarar contra mí cosas que no eran verdad y, esto en favor del Arzobispo, parte interesada. Me parece que él no habría debido constituirse en juez y parte, como ha hecho. Más aun, hay quien dice que algunas graves molestias, allanamientos y amenazas hechas por la Jefatura de Policía a ciertas personas bienhechoras de nuestra Casa, han sido promovidas por el mismo Arzobispo. Pienso también que la relación, hecha por el Abogado fiscal del Rvmo. Sr. Arzobispo para intentar un arreglo práctico, tiene faltas, y graves, en distintos lugares. Sólo me basta preguntar: si fuese cierto que yo hubiese convenido con el señor Abogado que don Juan Bonetti no fuera más a Chieri, como se pretende, >>para qué entonces llegar a un arreglo pacífico? Si esto suponía dejar las cosas como antes, era inútil decir tantas palabras y escribir tantas cartas. ((**It15.245**)) Más aun: en la página 42 de dicha relación, el señor Abogado fiscal cita palabras de mi carta del 2 de junio y de la de don Juan Bonetti al Rvmo. Secretario de la Sagrada Congregación, en las que se le rogaba no enviar más cartas, sino mantener viva la causa; pero él suprime las palabras principales, con las que yo demostraba que la declaración dada era cosa confidencial y sólo debía servir de norma para componer el acta del Arzobispo de acuerdo con las inteligencias de palabra, y no para expedirla a Roma, porque, en tal caso, yo no la hubiese escrito en un simple papel, sino en el papel correspondiente. El Abogado no refiere estas palabras mías. Por tanto, hace una relación poco sincera y en algunos lugares infiel. Respecto al segundo documento, que se lee en la página 44, pregunto: >>qué tiene que ver eso con la cuestión? >>Deberemos suponer que el Arzobispo lo haya referido con la intención de denigrar a nuestra Congregación? Y, si no fue ésta su intención, >>Por qué no ha unido también la respuesta triunfal que dio a aquella carta del mismo Obispo de Casale en nombre suyo y en el mío? Este modo de hacer referencia a documentos no me parece leal 2. Finalmente, digo que, en vez de referir documentos que no hacen al caso, habría sido mejor y, hasta necesario, que hubiese referido los documentos a los que se alude en la parte principal del escrito y en los que Monseñor se apoya para atacarnos. Entre otros, habría debido reproducir la famosa declaración del reverendo don Miguel Sorasio, secretario de la Curia, la cual, como escribe Monseñor, compromete mucho 1 En las actas del Procesículo, monseñor Mariani, promotor de la fe, define a Pellicani como inconstans y a Leoncini como nimis simplex. 2 El hecho se remontaba a diciembre de 1869 (véase LEMOYNE, vol. IX, págs. 668 y ss.). (**Es15.220**))
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