((**Es15.195**)sus
intereses y defender su honor. Hizo imprimir el
trabajo del modo más secreto y reservado,
retirando enseguida los originales, las pruebas y
las copias. En el momento de la distribución
también se empleó toda cautela y solamente se
enviaron ejemplares a personas conspicuas de la
jerarquía eclesiástica y en sobre cerrado. El
fascículo, salido de la imprenta a finales del año
1881, llegó también a manos de León XIII, quien,
después de hojearlo, exclamó:
-íOh, póngase fin a esta discordia, porque, de
otro modo, monseñor Gastaldi quedará deshonrado
por la historia!
Fue entonces cuando ((**It15.215**)) nació
en él el deseo de reclamar para sí toda la causa,
como veremos en el capítulo siguiente.
Al acercarse el día de la discusión, el
Arzobispo fue a Roma. Se lo pedía, además, una
circunstancia solemnísima: en la fiesta de la
Inmaculada, el Sumo Pontífice procedería a la
canonización de cuatro Beatos: Benito-José Labre,
Lorenzo de Bríndisi, Juan-Bautista de Rossi y
Clara de Montefalco. Aprovechó, pues, la
oportunidad para estudiar de cerca el terreno y
ganar para su causa a cuantos más pudiera.
Estuvo dos veces en audiencia con el Padre
Santo. En la segunda, que duró hora y media, el
Papa le habló también de las relaciones con los
Salesianos. Estuvo presente a todo el coloquio el
Eminentísimo Nina, a quien se deben los detalles
que de él conocemos 1. A un cierto punto, preguntó
Su Santidad:
-Pero, por fin, >>cuándo van a terminar esas
continuas cuestiones con don Bosco y la
Congregación Salesiana? íPobre don Bosco! Trabaja
sin cesar y hace tanto bien. No oigo más que
elogios de todos para estos Salesianos y los
quiero mucho. >>Por qué los trata V. E. de este
modo?. íTermine de una vez! íEn vez de
favorecerlos y ayudarlos, V. E. no hace más que
poner dificultades a su desarrollo!
-Santo Padre, repuso el Arzobispo, no es
cierto: yo quiero mucho a don Bosco y a la
Congregación, y he buscado todos los medios para
ayudarla.
El Señor sabe cuánto deseo que se llegue a un
acuerdo. Bastaría que don Bosco viniese a mí para
abrazarle de todo corazón. Yo siempre he preferido
arreglar las cosas de modo amistoso, pero don
Bosco lo rehusó y llevó la causa a la Congregación
del Concilio. Que venga, pues, don Bosco y verá
cómo le recibo.
->>Cómo queréis que vaya a vos, si, cuando se
presenta, ni siquiera le recibís? >>Es ésta la
manera de tratar a un sacerdote tan celoso y lleno
del espíritu de Dios?
1 Carta de don Francisco Dalmazzo a don Bosco,
Roma, 21 de diciembre de 1881.
(**Es15.195**))
<Anterior: 15. 194><Siguiente: 15. 196>