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iban difundiendo por allí. Con tal objeto, el
abogado Leonori había empezado a redactar un
opúsculo sobre don Bosco y su Obra para repartirlo
precisamente en la Ciudad. Su trabajo vio la luz
hacia el final del año 1. En siete capítulos se
hablaba en él de don Bosco, de la Sociedad
Salesiana en sí misma, de su desarrollo en Italia,
en Francia y en las Misiones extranjeras, y de los
juicios más notables sobre ella, para concluir que
don Bosco había mostrado al Clero con su Obra el
camino que debía seguir, si quería marchar al
ritmo de los tiempos.
Los clamorosos dicterios sinodales hicieron ver
mucho más a don Bosco la necesidad de buscar
remedio en un campo más restringido, pero más
importante. íAy de la Congregación si, entonces,
en las altas esferas eclesiásticas, esto es, entre
los Obispos de Italia y los Cardenales de Roma,
hubiera penetrado la idea de que los Salesianos y
su Fundador eran hombres insubordinados con la
autoridad episcopal y que la hostigaban! íY, por
desgracia, ya se había adelantado no poco por este
camino! Se necesitaba, a toda costa, un documento
que fuera a parar a manos de los altos prelados y
los informara prolijamente sobre la verdadera
situación de las relaciones entre el Oratorio
Salesiano y la Curia de Turín, entre don Bosco y
Monseñor Gastaldi. ((**It15.213**)) Se
dedicaban precisamente a un trabajo de este género
don Juan Bonetti y don Joaquín Berto, el cual,
además de secretario de don Bosco, era también
archivero de la Congregación 2. Quedó así
redactada una monografía que llevaba esta portada:
A los Eminentísimos Cardenales de la Sagrada
Congregación del Concilio. Exposición del
sacerdote Juan Bosco. Las razones de esta
exposición estaban claramente señaladas en las
primeras páginas con una introducción escrita por
don Juan Bonetti, pero revisada y firmada por don
Bosco:
RAZONES DE ESTA EXPOSICION
Hace ya más de diez años que el abajo firmante
y la naciente Congregación Salesiana soportan
graves vejámenes del Arzobispo de Turín, monseñor
Lorenzo Gastaldi, los cuales, además de las
innumerables molestias que nos han ocasionado, nos
impidieron también atender al bien de las almas.
En efecto, este Prelado nos prohibió poco ha que
nos sirviéramos de las facultades que la Santa
Sede nos ha concedido; incluso pretendió contra
las prescripciones eclesiásticas, ingerirse en el
1 CONSTANTINO LEONORI, Noticias sobre la
Sociedad de S. Francisco de Sales, fundada por el
sacerdote Juan Bosco, Roma, Tip. Tiberina, 1881.
2 El original de los dos redactores tiene
muchas tachaduras, añadiduras y modificaciones
hechas por mano de don Bosco, y los trazos de su
pluma, que son frecuentes, a veces suprimen largos
trozos.
(**Es15.193**))
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