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No pierdan de vista los lectores el punto
verdadero de la controversia que, en pocas líneas,
era éste: el 12 de febrero de 1878, el Ordinario
de Turín, so pretexto de una falta de respeto al
párroco de Chieri y de las disensiones causadas,
sin previo aviso al interesado ni a su Superior,
había suspendido, contra las leyes canónicas, a
don Juan Bonetti para confesar a los fieles, no
sólo en la ciudad de Chieri, sino en toda la
archidiócesis, con deshonor para él y para toda la
Congregación. La suspensión quedó después limitada
a Chieri. >>Qué relación tenía, por tanto, la
causa de don Juan Bonetti con las referidas
cuestiones? Ninguna en absoluto, mas servían para
detenerla y diferirla.
Pero el diferirla ayudó a don Juan Bonetti,
proporcionándole ocasión para dar otros pasos.
Imprimió en octubre un memorial que presentó al
Padre Santo e hizo distribuir a los Cardenales. Es
un fascículo de gran tamaño, con quince páginas,
que contiene una larga exposición del hecho y las
circunstancias que precedieron, más una
conveniente refutación de las razones aducidas por
Monseñor para no rehabilitarlo.
El aplazamiento arrancó, además, otra ventaja.
Habiendo dejado de existir el venerando cardenal
Caterini (tenía 86 años), fue nombrado, el 10 de
noviembre, Prefecto de la Congregación del
Concilio el eminentísimo Nina, que conocía muy
bien ((**It15.211**)) a don
Bosco. El Beato no tardó en felicitarle por el
nombramiento. Su Eminencia le respondió el 24 de
noviembre:
<>. En el procesículo de Roma
(1915-16), dos Oblatas de las de entonces, que aún
vivían, hicieron deposiciones honorabilísimas,
referentes al Siervo de Dios, tanto respecto a
este asunto como a otras imposturas de Colomiatti
(Summarium, págs. 49-50).
(**Es15.191**))
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