((**Es15.186**)
Créame tal y como tengo el honor de profesarme,
De V. E. Rvma.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro.
Tampoco dejó de responder inmediatamente a
Colomiatti; le urgía mucho declararle que el acta
de pacificación, formulada por Monseñor, no
respondía a los acuerdos tomados por ambos.
Rvmo. Sr. Abogado:
Recibo en este momento por correo su carta, en
la que me comunica la conocida acta arzobispal. Lo
siento mucho, pero me parece que no responde a lo
que hemos acordado. Por tanto, es necesario que
podamos hablar para entendernos mejor. Yo no salgo
de casa. Si puede, así se lo ruego, lléguese hasta
aquí, y espero que, con pocas palabras, podremos
entendernos mejor.
Créame con todo aprecio.
De V. S. Rvma.,
Turín, 2 de junio de 1881.
Su seguro servidor
JUAN BOSCO, Pbro
Y tenía don Bosco su razón para tanta premura.
Una vez hecho el envío de los documentos, la
cuestión entraba por la vía del arreglo pacífico;
si, después por fracasar el acuerdo amistoso,
hubiera habido que volver sobre la cuestión,
habría sido necesario comenzar otra vez desde el
principio, con nuevos papeles y nuevas razones.
Si, por tanto, don Bosco se hubiera dejado enredar
por este lazo, al romperse los trámites, se
hubiera encontrado ante una desagradable
alternativa: la de no conseguir satisfacción
alguna o la de afrontar de nuevo las molestias
indispensables para reemprender la causa. ((**It15.205**)) Menos
mal que llegó a tiempo para evitar toda engañifa,
adelantando la suspensión del juicio.
Colomiatti tardó dos días más en acudir; pero,
cuando fue, negó con diversos pretextos que, en la
conversación anterior, se hubieran puesto las dos
condiciones verbales para llegar a un acuerdo.
Ante tan sorprendente descaro, don Bosco
comprendió mejor aún el juego. Por lo demás, al
despedirse, le prometió que todavía lo pensaría
unos días más, antes de romper definitivamente los
trámites; porque no había sido su intención cerrar
todo camino para un acuerdo posterior, sino
(**Es15.186**))
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