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fácilmente que por cualquier minucia correría a
armar barullo ante el Arzobispo, le había dicho en
una conversación:
-Mire, señor párroco, puesto que el señor
Arzobispo concede que se hagan estas funciones, no
es el caso de molestarle por cualquier pequeña
divergencia que se presente. Por consiguiente, si
V. S. advierte cualquier inconveniente en el
oratorio, escríbame amigablemente y entre los dos
lo arreglaremos de común acuerdo.
íEste es el gran escándalo que turbó la
timorata conciencia del canónigo párroco!
((**It15.192**)) Don
Juan Bonetti presentó su exposición en Roma el 8
de enero de 1881. Casi un mes después, envió el
Arzobispo a Roma al canónigo Colomiatti, abogado
fiscal de su Curia, con el encargo de ver en la
Sagrada Congregación del Concilio la situación de
la causa y dar las respuestas concernientes. Llegó
éste allí el 4 de febrero, viernes, y obtuvo la
audiencia pontificia para la mañana del día 8,
gracias al celo de monseñor Macchi, Maestro de
Cámara. Entre tanto, monseñor Verga, secretario
del Concilio, le había informado del estado de la
cuestión, permitiéndole que la leyera allí mismo y
la apostillara, si lo creía conveniente. El
canónigo empleó una jornada entera para examinar
todas las cartas de don Juan Bonetti; y, después,
escribió un memorial, en el que quiso resumir los
hechos y responder según derecho.
En la carta que escribió a Monseñor,
refiriéndole la situación, se aprecian dos puntos
que no concuerdan entre sí. Después del examen de
la situación, no duda en afirmar que don Juan
Bonetti perderá el pleito; en cambio, muestra el
máximo interés por ver enseguida al cardenal Nina,
disculpándose en las primeras líneas de no haberlo
visitado enseguida, al día siguiente de su llegada
a Roma:
<>.
Tenía, por consiguiente, una misión especial
para S. E., conforme se deduce bastante claramente
de lo que dice a continuación:
<>
1.
Era, como se dice, agarrarse con las manos para
no caer, dado el escaso fundamento que tenía su
proclamada seguridad de triunfar.
Visitó, pues, al Cardenal Protector de los
Salesianos, sin más finalidad
1 Carta del 8 de febrero de 1881. Los
originales de las cartas que Colomiatti escribió
desde Roma al Arzobispo están en el archivo del
teólogo Franchetti de Turín.
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