((**Es15.174**)
Resumamos los antecedentes. Tras las dos
primeras fases de la controversia habida en el
ambiente eclesiástico de Turín, se inició la
tercera cuando don Juan Bonetti, cansado de las
dilaciones que arteramente se interponían a la
revocación del decreto de suspensión, decidió
resolver su honorabilidad de sacerdote y de
salesiano y el buen nombre de la familia religiosa
a la que pertenecía, deferiendo el litigio a la
Sagrada Congregación del Concilio. Ya había
acudido tres veces a dicha Congregación para
obtener que el Arzobispo de Turín le dejase en
plena libertad de ejercer el sagrado ministerio o,
al menos, se dignase dar la razón canónica de su
negativa. La Sagrada Congregación escribió una y
otra vez al Arzobispo sobre la cuestión, pero,
después de un largo silencio, éste adujo unos
motivos que no satisficieron. En consecuencia, la
Congregación decretó el 3 de julio de 1880 que se
pusiera la causa a la plena aprobación de los
Cardenales, de la que dieron comunicación a Mons.
Gastaldi el día 17. Finalmente el 11 de diciembre,
llegó la orden de notificar oficialmente la
cuestión a don Juan Bonetti, notificación que le
fue hecha la víspera de Navidad por el secretario
Chiuso, quien concluía así su comunicación: <>.
En el intervalo del 11 al 24 de diciembre, tuvo
tiempo Monseñor de compilar una prolija relación,
que ((**It15.190**)) envió
al cardenal prefecto, Eminentísimo Caterini, el
día 29.
Es toda una requisitoria contra los Salesianos,
que, sin embargo, prologó Monseñor de esta manera:
<>.
Después, para demostrar su simpatía por la obra
de don Bosco, cita dos hechos y dice: <(**Es15.174**))
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