((**Es15.169**)
-La caridad lo comprende todo, lo sobrelleva
todo, lo vence todo: prediquémosla con la palabra
y con los hechos.
*
* *
Mientras escribía don José Fagnano, desapareció
la luz y densas tinieblas invadieron el salón.
-íSilencio!, exclamó don Carlos Ghivarello.
Arrodillémonos, oremos y vendrá la luz.
Don Luis Lasagna comenzó el Veni Creator
Spiritus, después el De profundis, la jaculatoria
Maria Auxilium Christianorum, siguiéndole todos.
Al responder los circunstantes: Ora pro nobis,
apareció una luz rodeando un cartel en el que se
leía: Salesianorum Societas qualis esse
periclitatur anno salutis 1900. (Cómo corre
peligro de ser la Sociedad Salesiana, en el año
1900.)
((**It15.185**)) La luz
se hizo un poco más viva de modo que todos nos
podíamos ver y conocer.
En medio de aquel resplandor reapareció el
Personaje, pero con aspecto melancólico y como
quien está a punto de comenzar a llorar.
El hermoso manto que antes le cubría estaba
ahora descolorido, apolillado y roto.
En el sitio de los diamantes sólo había, debido
a la polilla y a otros insectos, un gran rasgón.
-Respicite et intelligite. Mirad y entended,
nos dijo.
Y vi que los diez diamantes se habían
convertido en otras tantas polillas que roían
furiosamente el manto.
El diamante de la Fe había sido sustituido por
esta frase: Somnus 1 et accidia. (Sueño y pereza.)
El de la Esperanza por Risus et scurrilitas.
(Risas y chacota).
El de la Caridad por Negligentia in divinis
perficiendis. Amant et quaerunt quae sua sunt, non
quae Jesu Christi. (Negligencia en los divinos
oficios. Aman y buscan sus cosas y no las de
Jesucristo).
El de la Templanza por Gula et quorum Deus
venter est. (Gula y aquellos cuyo Dios es el
vientre).
El del Trabajo por Somnus, furtum et otiositas.
(Sueño, hurto y ociosidad).
En el lugar de la Obediencia había un ancho y
profundo desgarrón, sin nada escrito.
El diamante de la Castidad había sido
sustituido por la frase: Concupiscentia oculorum
et superbia vitae. (Concupiscencia de los ojos y
soberbia de la vida).
El de la Pobreza por Lectus, habitus, potus et
pecunia. (Lecho, hábito, vino y dinero).
El del Premio por Pars nostra erunt quae sunt
super terram. (Nuestra recompensa serán las cosas
de la tierra).
En el sitio del Ayuno no había nada escrito,
sólo un rasgón.
Ante espectáculo tan desolador quedamos todos
aterrados.
Don Luis Lasagna cayó desvanecido al suelo. Don
Juan Cagliero palideció como la cera y apoyándose
en una silla, exclamó:
->>Es posible que las cosas hayan llegado ya a
este punto?
1 En algunas redacciones dice erróneamente
sumnum.
(**Es15.169**))
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