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((**Es15.160**) -Decís que don Bosco ha hecho muchas obras grandes; vuestro cariño os hace ver las cosas de modo distinto a como son. Todo se hizo y se hace con ayuda de Dios y por intercesión de María Santísima. Si el Señor no nos hubiese dado fuerzas y llevado de la mano, >>qué habríamos podido hacer? >>Y no contáis los auxilios de tantos bienhechores y bienhechoras? Don Bosco no es más que un ciego instrumento en manos de Dios, el cual demuestra así que, cuando quiere, puede hacer las cosas más grandes con los medios más pequeños. Hizo después una alusión a las cruces que habían caído durante el año sobre sus espaldas. Los muchachos ciertamente no entendieron mucho, pero él quería animar a sus colaboradores y amigos, los cuales, quién más, quién menos, estaban enterados de algo. Se extendió, a continuación, en alabanzas a un exalumno de Nizza-Monferrato, el cual había fundado en su pueblo una sociedad floreciente y modélica para jóvenes obreros católicos, y lo presentaba a la admiración e imitación de los presentes. Su pensamiento final estuvo dirigido al alma. ->>Quién sabe si el año próximo nos encontraremos reunidos aquí de nuevo? >>Estaréis vosotros? >>Estará don Bosco? íHace un año, había otros con nosotros que estaban alegres, vivarachos, sanos y robustos, y ya no están! Vivamos, pues, como si cada día fuera el último de nuestra vida; hagamos el bien mientras tenemos tiempo; así, cuando suene para nosotros la última hora, no tendremos que arrepentirnos de haber pasado nuestros días en el ocio, inútiles para Dios y para la sociedad. Yo espero y rezo para que esta hora tarde en llegar para vosotros y para mí; mas, si así no fuera, hágase siempre la voluntad de Dios. Aludiendo a las tribulaciones más recientes, don Bosco se ((**It15.176**)) había expresado así: -Y ahora, hablando de otra cosa, os diré que siempre, pero especialmente este año, hemos tenido grandes y hermosas satisfacciones y, también hay que decirlo, muchas espinas y dolores. Pero, ya se sabe, no hay rosas sin espinas. Entonces, >>qué hacer, queridos hijos? En éstas y en aquéllas, en las alegrías y en las penas, hágase siempre la voluntad de Dios, el cual no nos abandonará jamás, y menos cuando ruja en torno nuestro la más furiosa tempestad. Animo, pues, mucho ánimo; no nos cansemos nunca de hacer el bien, y Dios estará con nosotros. Durante el año 1881, sufrió don Bosco contrariedades de todo orden: grandes y pequeñas. De algunas de las mayores ya se habló en el volumen anterior; de otras se hablará en el presente; ahora nos (**Es15.160**))
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